|Peligrosa Tentación| Capítulo 11.

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Rose

2 días después.

—Sálvame...

—Mírame...

—Nos hará daño...

Susurran voces distintas.

—Sálvame mami... sálvanos...

Abro los ojos con el corazón a mil, la frente la tengo empapada de sudor y busco el baño queriendo vaciar mi estómago, todo me da vueltas y de lejos escucho risas, pero no es sólo la de Maddy, hay tres más que no logro distinguir.

Camino bajando las escaleras de la villa pero todo está vacío, solo... no hay nadie, la puerta principal está abierta y el frío se cuela erizándome la piel mientras aferro los brazos a mí.

Mishka aparece y se queda quieta en la orilla de la puerta viendo hacia afuera mientras ladra. Continúo bajando buscando la salida y la nieve se va tornando roja dejándome ver dos cuerpos tirados, los pies se me queman cada que camino en la nieve y...

—¿Jungkook?

Intento acércame temerosa, el otro cuerpo está tapado con algo y me hinco en la nieve para voltear al hombre que está boca abajo y retrocedo cuando noto que es él, mi Jungkook, sin intestinos, sin lengua y sin ojos, todo me tiembla y con el llanto que me toma destapo el otro cuerpo viendo a mi hija con una bala en la frente.

Grito con la garganta desgarrándome las cuerdas vocales sobre los cuerpos inertes y sólo siento la voz masculina que me llama desde atrás, volteo y es Brad Williams lleno de sangre con un arma en la mano, me levanto temblando queriendo matarlo pero...

Brinco en la cama buscando a Maddy hallándola dormida a mi lado, la despierto y lo hace asustada mientras la llevo a mis brazos.

—Perdón... perdón... —le susurro con el llanto hipando— te amo, ¿Lo sabes verdad? Y no dejaría que nadie te haga daño.

La dejo en mis brazos por largo rato mientras me calmo, ya llevo dos noches con la misma pesadilla, el mismo patrón que se repite dejándome ver a Brad Williams arrebatándome lo que más amo.

Me voy a la ducha con ella, la alisto y una de las domésticas viene para llevarla a desayunar mientras que yo me quedo en la habitación.

Me quedo acostada pensando, tengo ojeras y es que no duermo bien desde hace dos noches, Jungkook vino ayer y nuevamente hablamos pero es que no es fácil, es mi papá... es quién me cuidó desde que era niña tomando el papel de Sara también, era mi persona favorita y me es imposible pensar que sería capaz de matar a Maddy.

Es una balanza, porque también está esa parte de mí que me dice que si sería capaz nada más por el hecho de que su apellido se arruinará al igual que su carrera si se llega a saber lo que tanto guardo para mí.

Salgo del pensar cuando la puerta se abre dejándome ver a Aleska.

—La ramera de Jungkook... —comenta entrando— ¿Que pensaría tu papi si supiera que su hija se acostaba con su secuestrador?

Me río porque lo mismo estaba pensando hace segundos.

—¿Qué quieres? —pregunto intentando salir pero me acorta el paso.

Me toma desprevenida enterrándome las uñas en la mandíbula.

—¿Es tu hija verdad? —asevera haciendo que la respiración se me agite— tuya y de él...

—No sé de qué hablas... —vuelvo a intentar salir y me toma pegándome bruscamente contra la puerta.

—Si sabes de que hablo, perra —me ahorca— tiene tus ojos y los de él porque la acabo de ver y nadie me quita de la cabeza que te embarazaste a propósito para amarrarlo...

PELIGROSA ADICCIÓN | Jeon Jungkook +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora