PELIGROSA ADICCIÓN | Jeon Jungkook +21

FINAL.

Rose

Los días en Capadocia han sido de ensueño, me imaginaba todo menos que Jungkook me pediría matrimonio por segunda vez dándome el mejor amanecer que he tenido en mucho tiempo.

Mis piernas envuelven las suyas y llevo mi mano a su espalda desnuda dibujando palabras, mientras reparo el perfecto rostro que me ha dado los mejores días de mi vida.

El teléfono vibra a un costado y me levanto tomándolo en el balcón.

—Buenos días —hablan en la línea— ¿Me estoy comunicando con Rose Williams?

—Buen día. Sí, ¿Quién habla?

—Le llamamos de Coulbourn —el nombre me pone los vellos de punta— vimos su proyecto.

El corazón se me acelera, Coulbourn es una de las mejores escuelas musicales que existen en el mundo después de las que ofrece Chopin.

—Evaluamos su proyecto señorita Williams, pero lamento informarle que no estamos interesados por los momentos, el monto para inversión nos parece un poco descabellado, igualmente agradecemos el habernos tomado en cuenta.

Para que diablos llaman entonces....

—Entiendo... muchas gracias.

—La alentamos a seguir intentándolo. Seguramente habrá alguien interesado.

—Seguro...

—Hasta luego señorita Williams.

Cuelgo la llamada y siento como el corazón se me achicopala porque de verdad quiero hacer esto. Me voy al correo electrónico revisando si hay alguien más interesado de tantos mensajes que envíe pero la mayoría sólo ha enviado un "No estamos interesados por el momento".

Suspiro y me doy la vuelta para entrar de nuevo a la habitación notando que Jungkook está recostado sobre la puerta corrediza.

—¿Todo bien? —pregunta acercándose.

Asiento dándole un beso.

—Buenos días —lo rodeo con mis brazos— ¿Debemos regresar hoy cierto?

—Sí —me lleva el cabello detrás de la oreja— prometo que luego vendremos con Maddy.

Sonrío, le encantará ver los globos.

Lo dejo yéndome al espejo donde me visto notando que me mira raro desde la cama.

—¿Qué tengo? —me reviso el cuerpo porque lleva días viéndome así.

—¿Que te dijo el médico cuando estuviste en la clínica el día del atentado?

—Nada... —me encojo de hombros— sólo me hizo exámenes y dijo que no estoy embarazada.

—Si lo estás.

Me quedo paralizada.

—¿Que? —me río— claro que no.

—Lo estás —se acerca a mí colocando su mano en mi abdomen— puedo sentir que lo que estás y no estoy equivocado Rose.

—Pero si el doctor dijo...

Niega.

—Iremos a otro médico, sé lo que digo.

Se va a armar su maleta y me quedo repasando sus palabras mientras me subo la camisa y me coloco de lado viéndome en el espejo. No hay bulto, no hay nada que indique que estoy embarazada, sólo las náuseas que se detuvieron desde que estoy aquí.

Traen el desayuno y me lo devoro rápidamente mientras sus palabras siguen en mi mente.

Los guías del hotel nos regresan a la pista privada donde está el avión y lo abordo feliz sabiendo que tuve la mejor semana que he tenido en muchísimo tiempo.