PELIGROSA ADICCIÓN | Jeon Jungkook +21

|Peligrosa Tentación| Capítulo 5.

Rose

Me lanzo al piso cuando Jungkook suelta la ráfaga de disparos que hacen que Arthur corra.

—No huyas que no tienes escapatoria —le dice tomándolo por la camisa mientras le pisa una pierna— ¿No te enseñaron que a las mujeres ni con el pétalo de una rosa?

El hombre que me sostiene me levanta llevándome a la cocina mientras que a Arthur lo toman entre tres sentándolo en una silla.

—¿Con que mano te tocó Rose? —me mira sacando el haladie— dilo...

—Basta Jungkook... —le suplico— por favor ya para este juego.

—¡Dilo! —coloca la punta del haladie en una mano— ¿Con cuál mano te tocó?

Niego intentando soltarme del verdugo que me tiene las manos tomadas.

—Déjalo Jungkook... no seas un animal, no te rebajes a el ni al nivel de tu familia...

Niega.

—Si no me dices con cuál mano cortaré las dos Rose —amenaza— así que dilo porque empezaré con los dedos...

No me da tiempo de hablar cuando corta el primer dedo, el grito de Arthur me revuelve el estómago cuando el dedo cae al piso.

—Lo que es mío —le dice al oído— vuelve a mí siempre, no se toca, no se mira y no se desea.

Uno de los verdugos le entrega una caja pequeña y la abre dejando ver elementos de tortura, pasea los dedos por las herramientas y de un costado saca una aguja la cual le incrusta en medio de los dos labios.

—Esto porque no me apetece seguir oyéndote —toma dos más y repite lo mismo.

Siento que estoy en trauma, los gritos de dolor son horribles y sabía que son sanguinarios pero... a él jamás lo había visto hacer algo así.

Me toma del brazo subiéndome furioso a la parte de arriba del chalet mientras volteo viendo a Arthur quién llora despavorido.

Me hace entrar a la habitación y cierra la puerta con un portazo que me llega al estómago.

—Quiero matarte.... —se me acerca— pero también quiero... —respira hastiado— quiero hacerte muchas cosas.

Camina a mí y retrocedo a la ventana cuando se quita la camisa tirándola al piso dejando el arma en la mano.

Me trae a él desatando el beso con furia que me moja las bragas en nada, jadeo apenas siento su lengua dentro de mi boca y muevo la pelvis en busca de más.

Me carga sentándose en la cama y siento que la lycra transpira mi humedad.

—Quiero partirte —me susurra levantándome el top— dime algo Rose... ¿Con cuantos has follado?

Niego mientras se lleva mis pechos a la boca.

—Dime... —me muerde el pezon— ¿Cuantos han tocado esto?

Pasa la mano por encima de la lycra y sonríe cuando siente lo húmeda que estoy.

—Dime Rose —me empuja las caderas a su erección— dime porque mataré a todo el que haya entrado aquí.

—Ya basta... —jadeo cuando me mueve las caderas encima del pantalón.

—¿Ya basta qué? —acelera el ritmo— ¿Ya basta de tus mentiras?

—No sé de qué hablas...

—¿No sabes? —me mordisquea el mentón— me parece que si sabes de qué mentiras hablo.