EXTRA 50K

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Extra porque casi llegamos a los 50K, muchísimas gracias 🥹💖

Rose

El mar de Grecia es precioso, todas las noches me siento en la orilla de la arena a admirarlo. Me gusta ver cómo el sol se oculta al final, mientras pienso en todo lo que ha sucedido.

Ya han pasado dos meses, el trabajo me distrae pero no lo suficiente cómo para borrarme los recuerdos clavados en mi mente. Me pregunto cómo estará, ¿Me extrañará? Porque yo sí lo hago, y mucho.

Regreso a casa, en el camino saludo a los ancianos que son parte de mi día a día, la gente en Grecia es súper amable conmigo y eso es algo de agradecer porque no en todos lados encuentras gente dispuesta a brindarte una mano.

El estómago me ruge una vez entro, he tenido problemas estomacales desde hace días y no he tenido hambre. Me miro en el espejo, la Rose acuerpada ha desaparecido y es evidente que me está afectando la falta de proteínas. Desde que llegué a Grecia no me alimento bien, y es que no tengo apetito, el estrés de las últimas semanas me ha afectado física y mentalmente.

Me voy a los cajones buscando que cenar y opto por cereal, «Es lo único qué hay» Sirvo en la taza, luego la leche, y por un momento me asquea el color, el olor y todo.

«Necesitas comer o te vas a desaparecer» me digo a mí misma.

Me instalo en la cama, no tengo tele y toca ver la pared o el techo. Me llevo la primera cucharada a la boca y mi estómago lo agradece. Continúo con la segunda y luego la tercera, «Que asco» dejo el plato a un lado, siento como el estómago se me revuelve, y corro hasta el retrete vaciando todo.

No puedo enfermarme, no aquí donde no tengo nadie que pueda velar por mí. Me lavo la boca y regreso a la cama aún con el estómago vuelto nada.

Decido dormir, me alisto y meto en las sábanas mirando el cielo desde mi ventana. «Te extraño» tomo mi teléfono viendo las noticias sobre mí, se preguntan el dónde estoy, el por qué desaparecí, y rebusco aquella foto que capturaron hace meses en uno de los shows, dónde el aparece de fondo, muy a lo lejos pero se logra distinguir.

Se me hacen agua los ojos, «¿Por qué me hiciste esto Jungkook? ¿Por qué cuando te amaba tanto?»

Lloro, paso toda la noche llorando, esto ya es costumbre para mí, y los ojos se me cierran solos cuando ya no lo soporto más.

—————*—————

El día inicia, debo trabajar en el restaurante de la isla y el mirarme en el espejo con los ojos hinchados me quita cualquier atisbo de emoción.

Me lavo la cara y maquillo con lo poco que tengo para disimular las bolsas en mis ojos.

El malestar en el estómago no cesa, y rebusco algo en la nevera para comer, pero sólo hay una lechuga, leche y agua. Los ojos nuevamente se me cristalizan, en el restaurante no me pagan mucho por no tener papeles, y a duras penas lo que gano me alcanza para el arriendo del sitio dónde vivo.

Decido irme sin comer, en el camino paso por el puesto de frutas viendo los precios de las manzanas y contando las monedas que tengo en mi cartera.

—Están frescas, me las despacharon hoy —me dice el vendedor— ¿Desea algunas?

Me da el precio y sólo me alcanza para algunos cambures.

—Quiero estos por favor —se los señalo, y asiente tomándolos y entregándomelos en una bolsa.

—Muchas gracias —le entrego las últimas monedas que tengo.

Me doy la vuelta emprendiendo rumbo hasta el restaurante, siento una mano tocarme el hombro y volteo asustada.

PELIGROSA ADICCIÓN | Jeon Jungkook +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora