Todo con lo que NUNCA soñé

Capítulo 19 - Surrealista

Lola

¿Cuántas veces nuestras propias inseguridades nos roban la felicidad?

Ella casi permite que las suyas, de nuevo, se la quitasen...

En cuanto asumió, mirando a las estrellas, que lo que tenía con Pedro era real, lo más real que había tenido nunca y que no estaba dispuesta a renunciar a ello, se sintió liberada y esa sensación de libertad se acrecentó al querer contárselo al mundo.

Sabía que se había estado limitando y que querer ocultarlo, era una forma de proteger su bonita coraza y aunque no tenía ni idea de cómo explicaría, que, de la noche a la mañana, el idiota más irritante del planeta, se estaba ganando su corazón, se sentía más tranquila que nunca.

Tenía que planear cómo contárselo a María, la opinión del resto al respecto, le importaba un poco menos y quien dice un poco menos, dice prácticamente nada, pero explicárselo a ella, le seguía pareciendo un paso importante...

En su cabeza, aquella mañana, mientras se duchaba después de entrenar, imaginó infinidad de escenarios diferentes y en todos y cada uno de ellos, ella y María terminaban la conversación igual, abrazadas y riéndose a carcajadas.

A fin de cuentas, no dejaba de ser su mejor amiga y lo único que siempre se habían deseado la una a la otra, era que sus vidas estuviesen repletas de alegrías...

Pedro

Quería proponerle a Lola oficializar su "relación" el día de su cumpleaños.

De repente, le había empezado a hacer ilusión la idea de celebrarlo.

"Su relación..." se repetía una y otra vez a sí mismo.

Joder que bien sonaba.

Ya no tendrían que esconderse en el taller. Podría caminar de la mano con ella, con Pocahontas, con la morena de ojos de gata que siempre le retaba...

Y para su sorpresa, la idea de convertirse por fin en una pareja un poquito más "normal", le encantaba.

Qué bonitos estaban siendo los giros, que, de forma tan inesperada, había empezado a dar su vida.

Estaba comprobado que el motor de arranque hubiese dejado de dar problemas, cuando la vio aparecer por la puerta.

La camiseta de tirantes color café y los pantalones cortos vaqueros que llevaba, estaban hechos para ella... Cada día estaba más guapa.

- Pocahontas, creo que esta máquina por fin se va a dignar a arrancar - le contó emocionado.

A la camper le faltaba nada y menos para estar preparada para el verano... increíblemente lo había logrado.

- Eso es gracias a mis cuidados - le dijo Lola acercándose al capó.
- ¿El mecánico no tiene mérito alguno? - le preguntó aproximándose a ella.
- El mecánico, en este caso...

El mecánico, en ese caso, decidió que no quería escucharla, tenía en mente invertir su tiempo de forma diferente.

- Shhh... ¿te importaría callarte y besarme?

Lola sonriéndole con picardía, le acercó hacia ella, tirando, sin cuidado alguno, de su mono de trabajo.

Dios...

¿Alguna vez se cansaría del cortocircuito que sentía cada vez que rozaba sus carnosos labios?

Estaba disfrutando de su boca cuando...

- Tío Pedroooooooo.

"No puede ser" pensó intentando procesar quien le estaba llamando.

Lola