Capítulo 25 - Especial

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Lola

Una de las cosas que más le preocupaba, ahora que ya no tenía que ir a entrenar cada mañana, era aburrirse, pero nada más alejado de la realidad, la semana, en contra de lo había creído, se le estaba haciendo increíblemente corta...

En un abrir y cerrar de ojos, ya era viernes y esa tarde, por fin, sacarían la camper del taller.

Había invertido todas sus mañanas en ayudar a María con los últimos preparativos de la boda y en ese momento, la estaba contemplando vestida de novia.

- Vas a ser la novia más bonita del mundo - le dijo intentando no emocionarse.
- Mami es una princesa - añadió Helena jugando con la larga cola de su vestido.

Era espectacular, de tiritantes, con un corpiño de pedrería y con un precioso escote en forma de v...

Su mejor amiga llevaba años soñando con ese momento... Desde que Drake apareció en su vida para llenarla de luz y para ella, ser testigo de su amor, era un regalo.

- Creo que no necesitamos ajustar nada más - le comentó María a la costurera.

Oficialmente acababan de terminar la última prueba del vestido.

Solo quedaban veinticuatro horas para el gran día...

Estaba a punto de ayudarla a empezar a quitárselo, cuando escuchó:

- Quieta bombón, que no me ha dado tiempo a verlo bien.

Sara, convertida en una guiri de película, apareció por la puerta quitándose de forma dramática sus enormes gafas de sol negras.

- ¡Estás aquí! - gritaron ella y María al unísono con el mismo entusiasmo.
- Quería daros una sorpresa... - dijo la rubia, guiñándole un ojo a Clara.
-¡Tía Sara! - chilló también Helena.
- Mi niña, ¿será normal lo mayor que estás? - preguntó agachándose para abrazar a la pequeña.

La neoyorquina estaba igual de despampanante que siempre, incluso más con aquel traje de chaqueta azul.

Sin soltar a Helena, se acercó para mirar bien a María.

- Dios, estás perfecta...

Ella había conseguido contener las lágrimas, pero Sara no era de las que reprimen sus emociones, así que empezó a llorar.

- Por lo que veo, sigues igual de dramática - le dijo intentando picarla.
- Y tú igual de puñetera...
- Las cosas buenas no deben cambiar nunca, amiga mía.

En cuanto María salió de su traje, las tres se fundieron en un cálido abrazo.

El equipo de Remo, volvía a estar al completo y tener a sus dos mejores amigas al lado, le inyectó una dosis extra a la felicidad que ya sentía...

- ¿Café? - preguntó María.
- ¿Dónde siempre? - añadió Sara.
- Donde siempre - contestó ella.

Agarradas del brazo, junto a Helena y a Clara, se encaminaron hacia la cafetería que las había visto crecer.

- Quiero todas las novedades que no me habéis contado por videollamada - les exigió Sara.

María estaba comiéndose a cucharadas la espuma del café, así que, le tocaba contestar primero a ella.

- Creo que ya sabes mis novedades...
- Tus novedades sigo sin asimilarlas tía, es que es muy fuerte... Estoy deseando verle.

Sabía que se estaba refiriendo a Pedro, la rubia y él, siempre se habían llevado a las mil maravillas.

- Al final soy la única que va a ir soltera a esta boda... - añadió fingiendo que le importaba.

Hasta que Sara no lo mencionó, no había caído en ello... Ella no iría sola.

Todo con lo que NUNCA soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora