Pedro
La única persona que sabía que volvían a casa, era Ángel, el padre de Lola, ya que era quien iba a ir a recogerles cuando llegasen al aeropuerto.
Al resto, no le habían querido contar aún cuáles eran sus nuevos planes...
Sus últimos días en Canberra con Pocahontas, los había pasado escondidos en su apartamento, recuperando cada segundo que había desperdiciado al separarse durante el último mes.
Solo habían salido de su habitación, para ir al último partido de la pretemporada y a la posterior reunión con la directiva, a la que Lola le tenía pánico y de la que finalmente salió, dando saltos de alegría.
- ¿Preparada para nuestra próxima aventura? - le preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, al verla salir tan entusiasmada.
Él, había tenido la certeza, casi absoluta, de que, aunque ella también tuviese que firmar una carta de renuncia, todo les terminaría saliendo bien...
Puede que el subidón de endorfinas que había sentido, desde que sabía que no tendría que volver a separarse nunca más de ella, estuviese influyendo en su incipiente positivismo ante cualquier adversidad que les plantease la vida.
- ¿Lo estás tú?
- ¿Para irme al fin del mundo contigo? - le preguntó sin ser capaz de borrar la expresión de felicidad que llevaba días instalada en su cara.
- Suena a locura, lo sé... - le respondió Pocahontas mientras ponía los brazos, de forma cariñosa, alrededor de su cuello.
- Suena mejor un sueño... - le corrigió, acercándola contra su cuerpo.Le daba exactamente igual que estuviesen en un pabellón rodeados de gente, jamás volvería a renunciar a sus besos.
Lola
La mañana en la que salieron de camino hacia el aeropuerto, cargados con una cantidad indecente de maletas, el cielo les estaba esperando del mismo tono que el día en que llegó Pedro.
Australia, había decidido sorprenderles con un temporal de tormentas tropicales, para despedir el verano y solo había sido capaz de sobreponerse al miedo que le producían, gracias al idiota que tenía a su lado, sosteniéndole con firmeza la mano.
Con él cerca, se sentía invencible.
Habían quedado con Charlie y John, para que les llevasen a la terminal.
No había podido negarse a que les hiciesen ese favor, no podían llegar con tanto equipaje en un solo taxi y ellos tenían una especie de tráiler adherido a su coche en el que podrían llevarlo todo de un solo viaje...
- Prométeme que volverás a vernos - le dijo su amiga cuando se estaban despidiendo.
Charlotte, era la única persona de todas las que había conocido allí, que se había terminado ganando un huequito en su duro corazón.
- Siempre podéis venir John y tú a vernos... - le sugirió mientras le daba un abrazo.
- Por favor, venid vosotros - apostilló Pedro, que aunque acababa de conocerles, se les había ganado en un momento.
- ¿No te ha gustado Canberra? - le preguntó entonces John, fingiendo que su orgullo australiano estaba herido.
- No me ha dado tiempo a conocerla - respondió su idiota, intentando apaciguarle - pero no me quiero arriesgar...
- ¿A qué? - le preguntó Charlie.
- A toparme con alguna de las arañitas que sé que tenéis por aquí.Al escuchar la respuesta de Pedro y ver como se le erizaba el vello al nombrar a las arañas, no pudo reprimir un ataque de risa.
Menos mal que no había aparecido por la puerta de su apartamento una semana antes, cuando ella se encontró, con una amiga de ocho patas, del tamaño de su cabeza, justo antes de tumbarse en la bañera.
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Todo con lo que NUNCA soñé
RomansYA DISPONIBLE EN FÍSICO - A TRAVÉS DE MÍ o A TRAVÉS DE AMAZON Después de Llévame a luna y abrázame en el caos ⇩ Todo con que lo NUNCA soñé. ♡ Pedro y Lola, son como el día y la noche, lo único que tienen en común son las ganas irrefrenables que sie...