Todo con lo que NUNCA soñé

Capítulo 37 - Adaptarse

Lola

Nota mental: "Ni se te ocurra volver a querer improvisar"

Se había obcecado tanto en coger el primer vuelo que le llevase a Australia, que no había reparado en las escalas que éste tendría, si normalmente se tardaba veinticuatro horas en llegar a Canberra, ella estuvo más de treinta y seis... Saltando entre aviones y aeropuertos.

Cuando por fin llegó a su destino, estaba tan sumamente agotada que lo único que quería, era llegar a la residencia y dormir, como mínimo, hasta que empezase la temporada.

Una de las asistentes del club, la estaría esperando fuera para llevarla a su nuevo hogar. Andrea, lo había dejado todo perfectamente coordinado para que se "sintiese como en casa" desde el primer momento...

Aunque, siendo sincera consigo misma, tenía serias dudas de que eso llegase a suceder.

Solo le quedaba recoger sus pertenencias.

Llevarse su vida a la otra punta del mundo, había supuesto tres maletas y cuatro bolsas, más la mochila que había llevado como equipaje de mano.

Mientras esperaba a que salieran de las cintas, se tomó un instante para coger aire, tenía que empezar a asimilar donde estaba.

Aunque intentó evitarlo, un par de lágrimas empezaron a recorrer su mejilla.

Había sucedido todo tan deprisa, que se sentía abrumada.

Media hora después, ya más tranquila, vio como empezaba a aparecer su equipaje.

Primero salieron las bolsas y acto seguido, les llegó el turno a sus maletas.

Las dos primeras salieron casi al segundo, solo le faltaba que saliese la más grande, la que era de color café.

Esperó y esperó, pero parecía que esa maleta en concreto, no tenía intención de hacer acto de presencia...

"Esto no me puede estar pasando" pensó cuando vio que la cinta se paraba.

No había más equipaje que recoger.

- Te puedes ir a la mierda Australia - murmuró malhumorada.

Su nuevo hogar le acababa de regalar una bienvenida extraordinaria...

Pedro

Llevaba días evitando hablar.

No sólo con Antonio y Andrés, sino con el mundo en general.

En su casa, había adoptado una nueva rutina, como no quería convivir con nadie, cuando salía de trabajar, se encerraba en la pato cueva con los cascos y fingía estar jugando al LOL.

Parecía haber vuelto a su vida de adolescente.

Solo salía de la habitación para pasear a Argos y para cenar.

Sus padres, aún no habían dado el paso de preguntarle qué es lo que había pasado, aunque lo estaba esperando y para retrasarlo, tenía intención de volver a irse con la camper ese fin de semana.

Quería huir de su realidad y aunque sabía que no podría hacerlo eternamente, iba a seguir intentándolo.

- Chaval - le llamó Toni a media mañana, desde la otra punta del taller.

Él, que estaba entretenido en la parte de atrás, cambiando unos discos de freno con los cascos puestos, fingió no haberle oído.

Había vuelto a escuchar música.

Aunque seguía costándole soportarla, era mejor que tener que escuchar hablar a los demás...

- Chaval - le volvió a llamar al ver que no contestaba.
- Dime - contestó finalmente quitándose uno de los AirPods.