Capítulo 43 - El equilibrio

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Pedro

Lo que menos se esperaba al abrir la puerta de casa, era encontrarse con una reunión familiar, pero así eran ellos...

Nunca habían necesitado que fuese un día especial para querer pasar tiempo juntos.

Cuando su madre y su hermana, les vieron aparecer por el pasillo, cargados con sus maletas, reaccionaron como si llevasen años sin verles...

Drake y Fran, cuando los gritos de emoción de sus respectivas mujeres cesaron, también se acercaron emocionados a abrazarlos.

Parecía que todos les habían extrañado mucho más de lo que él habría esperado.

Quienes menos entusiasmo mostraron ante su llegada, fueron la pequeña Helena y Argos, que estaban tan entretenidos jugando en el salón, que hasta que no pasó tanto revuelo, ni se inmutaron.

Su cachorro, en el poco tiempo que había estado fuera, le había reemplazado, sin contemplaciones, por la granuja de su sobrina y no podía culparlo, la niña cada día era más achuchable.

- No me puedo creer que estéis aquí... - les dijo María cuando se sentaron alrededor de la mesa de la cocina.
- No te acostumbres mucho bombón - le respondió Pocahontas con una sonrisa. Nos volvemos a ir el martes... - añadió buscándole a él con la mirada.
- ¿Cómo que os volvéis a ir el martes? - preguntó su madre, que aunque estaba sacando unas Coca-Colas del frigorífico, había estado pendiente de la conversación.
- No te enfades mamá - contestó anticipándose a la que sabía que sería su reacción.

Tenía claro, que el "drama" estaba más que servido, en cuanto le contasen cuáles eran sus planes.

- Pero qué voy a hacer yo con vosotros dos... - dijo con gesto de disgusto, cuando le explicaron durante cuánto tiempo tenían intención de marcharse.
- ¿Echarnos mucho de menos?
- Te prometo Clarita, que te mandaremos un millón de fotos.
- Espero que me las mandes tú cariño... - le contestó a su novia, mientras le sentenciaba a él con la mirada. Qué este nunca me manda nada...

Ahí su madre tenía razón, para eso de enviar fotos, él era un desastre.

- Entonces, ¿no me vais a hacer un hueco en la camper? - preguntó su padre, cuando todo parecía estar más calmado, fingiendo estar desolado.
- Oye tú, Francisco- le riñó su madre - qué es eso de querer irte con los chicos sin mí.
- Lo siento Fran, si Clara se va a enfadar, no podemos acogerte... - respondió Pocahontas, siguiéndole el juego a su padre - no estoy preparada para provocar un cisma familiar.
- Deberías ir empezando a acostumbrarte a este tipo de situaciones cuñi... - le previno Drake, echándose a reír.
- Mi marido tiene razón amiga mía, deberías ir acostumbrándote a este tipo de shows... - añadió su hermana con su particular dulzura - ya eres, oficialmente, parte de nuestra familia.

Al ver sonreír de forma tan bonita a Pocahontas, ante la afirmación de María, notó una calidez en lo más profundo del corazón, que hasta entonces, nunca había experimentado.

Estar con la mujer que amaba, riéndose a carcajadas, de las ocurrencias de sus personas favoritas, se estaba convirtiendo en un momento que no lograría olvidar.

Era inexplicable lo afortunado que podía llegar a sentirse haciendo algo tan "normal".

Lola

Aunque Fran y Clara le habían pedido que se quedase a cenar, necesitaba volver a casa.

No había parado ni un segundo desde que aterrizó su avión y aunque había descansado un ratito en el coche, no podía compararse con el placer que le produciría, por fin, tumbarse en la cama...

- ¿Quieres que te acompañemos Argos y yo? - le preguntó Pedro, cuando estaba a punto de marcharse.

Había confiado, esperanzada, en que su chico, le propondría algo así.

Todo con lo que NUNCA soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora