CAPITULO 3

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-¡Feliz cumpleaños!- Exclamaron todos al unísono al ver entrar a Victoria. Ella sonrió mientras era halada por Laura hasta el centro de la sala, en donde la esperaba un pastel con una decoración de Halloween. Le cantaron las mañanitas y durante todo aquel tiempo Victoria se limitó a sonreír, aun cuando estaba en trance debido a lo sucedido hacía unos minutos.

¡Había conocido a Lucero!

**

-Oye, ya debo irme.- Le pidió Lucero a Fernando en medio de aquel canto. Necesitaba irse de allí antes de que alguien la sorprendiera. Por un lado quería unirse a aquel coro y cantarle las mañanitas a Victoria, pero por el otro, necesitaba huir de allí. No quería que más nadie la reconociese. Suficiente era con su fanática.-¿No te parece de mala educación hacerlo en pleno cumpleaños?-No. Nadie nos ha visto. Por favor.- Le suplicó. Fernando asintió y le hizo una seña para que se encaminase a la puerta. Lucero hizo aquello y desaparecieron de la escena antes de que lo que canta un gallo.**-¿Estás bien?- Le preguntó Laura mientras terminaban de comer el pastel en el jardín.-No.- Se limitó a decir. -Conocí a Lucero. Apenas y puedo respirar.- Le informó con una sonrisa, sacando su teléfono de su bolsillo.-¿Qué?- Preguntó su amiga, mirándola con los ojos como platos. Victoria asintió con una sonrisa mientras desbloqueaba su iPhone y le mostraba aquellas fotos.-Estaba aquí. En el jardín. Fue increíble.- Le dijo con una sonrisa. Laura asintió y tras ver aquellas fotos, se colocó de pie y la abrazó.-Te felicito. ¿Ves como sí se te hizo?- Le preguntó con una sonrisa pícara.-Ya sé.- Comentó, apenas evitando derramar lágrimas debido a su emoción.**Mientras se desmaquillaba y esperaba que aquel tweet se publicara, aun no podía creer que hubiese conocido a Lucero. Todavía seguía temblando.Con el pasar de los minutos sus interacciones se llenaron de Lucerinas emocionadas felicitándola por aquello, y preguntándole en dónde la había conseguido. Quiso contestarles con la verdad y decirles que había sido en una fiesta, pero le había prometido a Lucero que nadie sabría nada. Así que se limitó a decirles que todo había sido en la calle. De manera informal. Sus amigas parecieron creerle y ella sonrió ante aquello.Publicó aquella foto en todas sus redes sociales y se dispuso a contarle aquello a su padre. Tomó su iPhone y bajó hasta la sala, consiguiéndose a Salvador tratando de quitarse con un algodón aquella pintura verde.-¡Papi!- Gritó emocionada, corriendo a abrazarlo.-Princesa mía.- Contestó él, abrazándola con delicadeza.-Mira...- Comenzó a decir ella, desbloqueando su celular. -Adivina a quien me conseguí en la fiesta.-¿A quién?- Preguntó con el ceño fruncido.-¡A Lucero!- Exclamó, mostrándole aquella foto.-¡¿A quién?!- Escucharon que gritaban a sus espaldas. Victoria se mordió el labio y se giró para poder observar a su madre, bajando de las escaleras de forma iracunda. Le quitó el iPhone de las manos de forma brusca, y la furia se hizo palpable en su expresión al observar las tres fotos que tenía Victoria con Lucero. La miró a los ojos, Victoria sintió el miedo apoderarse de ella al darse cuenta de la expresión tan macabra que tenía su madre. -¡Olvida a esa bendita mujer!- Gritó, tirando el teléfono al suelo, Victoria chilló al notar como éste se estrellaba en contra de la superficie de mármol y como se apagaba. Renatta volvió a pisar aquel aparato tan sofisticado, rompiendo la pantalla de éste, Victoria intentó detenerla, pero sintió los brazos de Salvador evitando que ella se moviese.-Tranquila, princesa.- Le susurró al oído de forma casi inaudible.-¡Me encargaré de que no la vuelvas a ver en lo que te resta de vida!- Le gritó Renatta.-¡A la que no quiero volver a ver en lo que me resta de vida es a ti! ¡No entiendo por qué me castigaron con una madre como tú que solo...!- Las palabras de Victoria murieron ahogadas en su garganta al sentir la mano de su madre estrellándose en contra de su mejilla. La cachetada fue tan fuerte que, de no ser por Salvador, habría terminado en el suelo. Las lágrimas de rabia se agolparon en sus ojos, y Victoria se mordió la lengua para evitar emitir un sollozo.-Mocosa insolente.- Soltó su madre, girándose para volver a subir las escaleras.Victoria dejó que los sollozos escapasen de su garganta en cuanto su madre se fue de la escena. Salvador la rodeó con sus brazos y dejó que su hija llorase en su pecho.-No me quiere...- Comentó entre sollozos. -Nunca me ha querido.- Susurró con pesar.-Pero yo sí, princesa, yo sí.- Le susurró, plantándole un beso en la sien. -Mañana te compraré otro celular, te lo prometo. Te lo prometo.- Habló, tratando de frenar el llanto de su hija. Le dolía tanto el verla así, el verla llorar. Y saber que era por culpa de Renatta, lo encolerizaba.-No es el celular, papá...- Susurró, limpiando sus lágrimas. -Allí tenía mis fotos con Lucero...- Comentó, dejando que las lágrimas volviesen.-Sé que las habrás publicado en tu twitter o algo... Tienes que poder recuperarlas, princesa.- La animó, acariciándole el cabello.-¡Eso es!- Exclamó emocionada. -¡Twitter!- Gritó, terminando de limpiar sus lágrimas. -Eres un cielo, papá.- Comentó, plantándole un beso en la mejilla para después comenzar a subir las escaleras.Twitter. ¡Sí! Eso sería su salvación. No podía darse el lujo de perder aquellas fotos que para ella significaban tanto. Subió a su habitación, y lo primero que hizo, fue encender su computador.

Errores PlacenterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora