Victoria continuó su vida de la forma más normal que podía. ¿Qué coño? ¿Acaso iba a permitir que su ídolo la insultara? No. Aunque ahora tenía que admitir que era ex ídolo. A pesar de todo, la admiración que sentía por Lucero seguía ahí, quizá nunca desaparecería, era un enorme sentimiento, pero tenía que evitarlo. No se iba a dejar pisotear por nadie y mucho menos por aquella mujer.
Aquel día saldría de compras con su padre y su hermano, después de todo, con ellos realmente era que disfrutaba.
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Fernando comenzó a acariciar el rostro de Lucero al verla dormida después de haber el hecho el amor, acarició su mejilla y después le plantó un beso en la frente. Se encargó de cubrirla con aquella sábana para después pegarla más a su cuerpo. Lucero hizo acopio de todas sus fuerzas de actuación para no moverse y seguir fingiendo que dormía plácidamente. En aquel momento no quería volver a hablar con Fernando. Después de todo aquello se sentía en cierta forma... Sucia.
Le había vuelto a ser infiel a su marido, y si bien no le debía nada a él, se lo debía a sí misma.
¿Por qué estaba haciendo aquello? ¿Para vengarse? ¿Tan bajo había caído para querer llegar a esos extremos? Soltó un suspiro al sentir como la mano izquierda de Fernando comenzaba a acariciar su cuello, sentía la mirada intensa de él sobre sí.
-¿Haciéndote la dormida, bonita?- Le preguntó él, plantándole un beso en la sien. Lucero se mordió el labio al escuchar aquel tono tan dulce que había empleado él, el mismo tono que había usado hacía dieciocho años. Sintió ganas de llorar. -¿Quieres que te despierte?- Preguntó, comenzando a subir su mano por sus piernas, Lucero se echó hacia atrás y se incorporó un poco en la cama, cubriéndose con la sábana.
-Creo que ha sido demasiado sexo por hoy.- Soltó en aquel tono frívolo. -Yo tengo un avión que abordar, así que será mejor que te vayas.- Se limitó a decir, alzándole la ceja. Fernando apretó los labios al darse cuenta de la frialdad que había en la voz de aquella mujer. Claro, ya, para ella todo había sido un revolcón, como lo había sido hacía dieciocho años. No debía sorprenderle. Fernando comenzó a reír burlonamente mientras se vestía.
-¿De qué te ríes?- Lo animó a contarle, mientras se recostaba en el respaldo de la cama.
-De nada, nena.- Contestó. Lucero frunció el ceño y un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿'Nena'? ¿Otra vez esa palabra? ¿Y dónde había quedado el 'Bonita' de hacía unos segundos? Al parecer, aquel Fernando pedante había vuelto, eliminando al Fernando dulce con el cual ella había hecho el amor hacía unos minutos.
-¿No me vas a decir?- Preguntó con desdén, mientras dejaba escapar un suspiro.
-Ahora pienso que... Ya no eres esa virginal jovencita a la que amé tanto.- Lucero lo miró fijamente, confundida.
-Han pasado dieciocho años.- Contestó con pesar, recordando así que pudo haber vivido aquellos años al lado de él. Con el hombre al que amaba, pero aquello no había sido así.
-Exactamente, nena. Dieciocho años en los que... No perdiste el tiempo.-Dijo a medida que se acercaba a ella. ¿Qué coño? ¿No se daba cuenta de que la lastimaba con aquellas palabras? Al parecer, no. Estaba tan concentrado en escoger las palabras correctas para que ella lo odiase, que no se dio cuenta de cómo corrían las lágrimas por las mejillas de Lucero. -A ver, cuéntame, ¿cada cuánto te acuestas con ese imbécil? ¿Cuántas veces dejas que él te haga el amor? ¿Dejas que ese idiota te toque como yo te toqué? ¿Dejas que te bese como yo te besé? ¿Eres capaz de reaccionar con él de la forma en la que reaccionas conmigo? ¿Eh?- Preguntó furioso. -¿Dejas que te haga el amor como lo hago yo?- Después de dieciocho años, aún le dolía tanto que lo hubiera cambiado por aquel idiota. -Eres una zorra.- Susurró peligrosamente, mientras acomodaba su corbata. Lucero se colocó de pie al seguir escuchando eso, aun cubriéndose con aquella sábana. -Seguramente sí. Seguramente dejas que te toque, que te bese, que te haga el amor todos los días, todas las...- Aquella frase no llegó a completarse, se vio interrumpida por una sonora cachetada.
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Errores Placenteros
FanfictionEs un fanfic de Lucero y Fernando, ADN muy bueno, léanlo. no lo escribí yo es de una lucerinacolungera con mucho talento y que admiro mucho ojala las guste; es un tanto distinto fue escrita en 2013