Omega Aberration [YOONMIN]

31. Trust your

Jimin se encontraba de nuevo en el baño bajo la regadera. Por la mañana se había duchado antes de bajar a comer algo, tomo el té que tranquilizaba a su lobo y comió con Yoongi aunque no se atrevió a hablar mucho. Él alfa tenía que recibir algunos clientes que comprarían su famoso té para calmar el celo así que decidió encerrarse en su habitación no queriendo hablar más con él.

Una nueva ola de calor se hizo presente y no dudo en entrar a la regadera esperando deshacerse del calor en su cuerpo junto con los molestos espasmos que lo recorrían también quería desaparecer el sentimiento de arrepentimiento que se poso en su pecho desde que sucedió aquello.

Odiaba dejarse guiar por ese instinto tan animal, ver a Yoongi solo como un objeto pada su placer era igual de malo a cuando a él lo veían así.

No quería tocar ni ser tocado por obligación o por las hormonas del momento.

Sollozando por el dolor en su vientre se dedicó solo a lamentarse por todo. Pronto su lobo tomaría el control, el agua fría no lograba calmarlo solo aliviaba levemente la calentura de su cuerpo pero el dolor y la humedad seguían ahí.

Restregando la esponja con fuerza contra su cuerpo recordó todas aquellas veces que fue forzado a tener relaciones sexuales. Su cuerpo estaba sucio, nadie podría tocarlo si alguien más lo había hecho de esa manera.

La piel de los brazos de Jimin comenzó a tornarse rojiza mientras más tallaba con fuerza, debía detenerse pero contrario a eso solo seguía maltratando su piel a la par de las contracciones en su vientre. Se encontraba perdido en sus pensamientos, ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba ahí dentro bajo la regadera.

Realmente no quería lastimarse a sí mismo pero el constante sentimiento de bochorno lo hacía sentirse impotente. Llorando por no poder actuar de forma más sensata, supo que no podría detenerse.

Su mente estaba dividida entre los pensamientos de su lobo en celo y su parte humana consciente.

De nuevo el toque en la puerta lo alerto haciendo que detuviera la esponja en su mano.

– Jimin, ¿Estás bien? Lo siento por ser insistente, pero estoy preocupado. Llevas horas ahí dentro. – la voz de Yoongi lo hizo volver a llorar.

– Odio esto, Yoongi. – habló en voz alta, su voz sonando quebrada y ronca entre sollozos. – Odio estar así. No me gusta sentirme de esta forma y ver todo de manera sexual. Quiero volver a ser solo yo.

Elnsilencio los invadió, Jimin se quejo al sentir su entrada contraerse dolorosamente, el lubricante comenzaba a salir y solo quería detenerlo.

– Abre la puerta.

– Pero estoy sucio. – murmuró en voz baja abrazandose a si mismo con sus brazos. – No puedo.

– No es así. Esto es normal, es un instinto que tenemos y nadie puede detener, pero eso no significa que seas sucio. – explicó de forma rápida Yoongi afuera de la puerta.
– Por favor Jimin, abre la puerta.

Cerrando la llave del agua cubrió su mojado cuerpo con una toalla, sus piernas temblaban a la vez que su vientre palpitaba en dolorosos movimientos. Con lentitud abrió de forma lenta la puerta, no le importó vestirse solo necesitaba un poco de consuelo.

El denso aroma a lavanda descolocó a Yoongi, mareado y algo abrumado por el concentrado aroma tranquilizó a su lobo que había comenzado a querer salir. Era suave tan acogedor que lograba tranquilizar su cuerpo alertando su lado lobuno.

Los ojos llorosos de Jimin observaban fijamente a Yoongi, sus brazos luciendo rojos por los tallones a la vez que sus labios estaban mordidos con rastros de sangre, el cabello lo tenía completamente húmedo con gotas de agua cayendo en la punta al igjal que el resto de su cuerpo, la marca en su cuello se veía rojiza; una  vulnerable imagen del omega que causo el estómago del alfa revolverse. Alguien tan lindo no merecía estar de esa forma.