Omega Aberration [YOONMIN]

36. Omega side

Yoongi se había dedicado a cuidar al omega, juntos se habían acurrucado en la cama durmiendo casi toda la tarde, aprovechando que el dolor del celo se detuvo gracias a qué unieron sus cuerpos.

Sorprendentemente el lobo de Jimin se había tranquilizado con su aroma y sus caricias, algo que a Yoongi le alegro e internamente estaba tan agradecido porque no pidiera por otro alfa.

También descubrió lo agradable que era tener al omega entre sus brazos, le gustaba sentir su suave respiración y su rostro tan pacífico, manteniendo sus mejillas levemente sonrosadas y el cabello totalmente despeinado era su escena favorita que le causaba ternura.

Un sentimiento que no había experimentado por completo comenzaba a surgir en su pecho, era demasiado atrayente y cómodo haciendo que el instinto de protegerlo estuviera presente en cada momento. Yoongi tenía miedo de que su lobo se descontrolara con Jimin, los pensamientos posesivos inundaban su mente cada cierto tiempo haciéndolo consciente de que su lado lobuno estaba ahí, escondido esperando la oportunidad para atacarlo.

Día a día luchaba con ese instinto y aunque lo tenía controlado era abrumador. Su lado alfa quería reclamarlo como suyo, quitar la marca en su cuello y enterrar sus colmillos en el cuello de Jimin hasta desaparecer lo que ese estúpido alfa hizo. Incluso sentía celos de solo pensar que alguien más había tocado al omega y estaba enojado al saber que había sido lastimado.

Cómo alfa, era fácil dejarse llevar por el instinto y atacar a la primera oportunidad. Eso lo supo desde temprana edad, por eso es que aprendió a manejar ese lado de él; suprimir su instinto y actuar con racionalidad era mejor que lastimar o rebajar a cualquiera.

Yoongi pensó en todo eso mientras tenía a Jimin en sus brazos durmiendo tan pacíficamente, pero detuvo sus pensamientos para levantarse a preparar la cena. Ese día cenaron entre sonrojos por parte del omega que lo hicieron olvidar cualquier cosa y calmaron sus dudas, ver al omega sonreír mientras comía cómodamente vestido con solo su camiseta y totalmente impregnado de su aroma era suficiente para callar su mente.

Estar en celo era muy cansado y por eso no se sorprendió cuando el omega cayó dormido en el sofá mientras él lavaba los platos sucios.

Tener a Jimin con él era tan hogareño que solo lo hacía tener ilusión por el futuro.

El instinto de un omega en celo era diferente al de un alfa. Una persona dominada por ese lado primitivo y nada racional era demasiado espontánea; empezando con que solo pensaba en sexo y ser llenado, era un momento de sumisión, pues siempre el omega buscaba atención y caricias, no importa si era tratado bien o mal solo se dejaría llevar. El lado consciente era poco que podía compararse con un trance en dónde tú mente estaba en blanco.

Jimin se levantó en medio de la madrugada sudando y agitado, estando completamente abochornado las piernas le temblaban mientras el lubricante invadía su entrada mojandolo por completo, su vientre sufría retorcijones que lo hacían jadear de dolor. Estando su lado omega al mando sentía la marca picar en su cuello pero no se veía en la necesidad de llamar a quién la había hecho. El lazo era débil y no le importaba mucho, pues su atención estaba centrada en el delicioso aroma a eucalipto que se expandía por la habitación.