Bungo Stray Dogs! ☆

✿≦ShinSoukoku

(Basado en la imágen de arriba.)

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Primavera, para muchos, la estación del año más bella; El renacer y el comienzo de una jóven vida que dará fruto hasta convertirse en un hermoso organismo. Con pasos vagos, Ryunosuke Akutagawa, se dirigía a su hogar, con la bolsa llena de compras que su hermana Gin le había mandado. Su rutina era fácil y cotidiana, sin muchos cambios en la misma, un ciclo aburrido pero calmado para el jóven pelinegro. Sus pies detuvieron sus movimientos, quedando clavadas en el suelo, las suelas de su zapatos clavando raíces mientras un sonrojo dibujaba vida en su pálido rostro. El error en su rutina, aquel chico insoportable, tan bello que lo himnotizaba y cautivaba, rompía con todas las creencias y las llenaba de las características flores de todo tipo de colores. Casi angelical, sonrisa y rostro deslumbrante inocencia rodeado de las flores más bellas de aquella hermosa primavera, que prometía la vida y el renacimiento de una nueva vida. Se oculto tras la pared, llevando la bolsa a su pecho mientras cerraba los ojos, buscando en sus pensamientos una escusa para poder ingresar y cruzar palabras con el chico con un mechón negro en su cabellera blanca. Sacudió sus ropas, la chaqueta azul marino que tenía se mecio con el aire al igual que su cabello. Tosió un poco, el aroma de muchas flores reunidas para otras personas era celestial, mientras que para él, era igual a sacarle el poco oxígeno que llegaba a sus pulmones. Abrió la puerta, escuchando el timbre que alertó de la llegada de un nuevo cliente a aquella linda florería; "Trigre de las flores y la luna."

-Bienvenido! Ah, eres... Digo, espero que no vuelvas a armar un escándalo. -Dijo el chico de mechones mal cortados con una sonrisa que se transformó en mueca para después volver a su primera reacción.

-Hablas como si fuera el demonio mismo. -Dijo, sin ninguna emoción en su pálido rostro. Tratando de ver lo menos posible al hermoso rostro del más bajo.

-No, claro que no. Bueno, ¿buscas una flor en especial? Estoy seguro que es para Gin-San, ella es bastante femenina y atenta a esas cosas, supongo, nunca hable con ella como para saber esas cosas. Espero que eso no la haya ofendido. -Dijo Atsushi apenado, lo último que desaba era terminar ofendiendo a una persona que nunca le hizo nada, apenas lograron hablar una vez cuando por accidente se perdió en un parque.

-Mhj, algo así. La primavera es su estación favorita, por lo que busco algo para ella. Así que, chico de la trigrería-

-Es florería! Además tan siquiera esa palabra existe? -Pregunto dudoso a sí mismo.

-Huelo a pelos, además se llama así, no?

-Aquí solo huele a flores, para tu información.

-Ah, entonces eres tú -Dijo con naturalidad, aunque su cara era seria, su tono era burlón.

-Me baño antes de venir siempre! Mejor pido las flores para tu hermana, que a este paso te terminaré hechando, y ella es amable. No como cierta persona -Dijo lo último en un susurro bajo, para después mirar a algunas flores.

-Sobre eso, ahora no tengo ninguna idea. La última vez era fácil, solo eran flores amarillas.

-Ese día casi vuelas mi florería. -Dijo Atsushi con una gotita de sudor y una sonrisa cansada y nostálgica.

✿21 de Marzo, Yakohama, Atsushi Nakajima estaba siendo ahorcado y llevado a rastras por cierto pelinegro, mientras lloriqueaba y las otras personas lo veían entre gracia y pena. Tenía un fuerte sonrojo, no estaba en condiciones de salir y mucho menos así, en pijama y el cabello como una bola sin arreglar. Bendito el día en que cerró su, recién abierta, florería, no estaba conciente de que aquél día era tan necesario llevar unas flores amarillas hacia una persona.

-Ya estoy, ya estoy! -Grito mientras abría la puerta de local, bajo los ojos grises del más alto. El pelinegro volteó a mirar a las personas que estaban afuera, sin importarle mucho entro al ser la puerta abierta.

-Me sorprende tu ignorancia.

-Eh, pero no me llames bruto que no lo soy! No sabía, bueno? Ahg, Flores amarillas, flores amarillas. -Dijo pensando, nunca es sus 18 años escuchó hablar sobre eso, talvez porque vivía en su burbuja en su orfanato. Rápidamente empezó a buscar suavemente. Mientras que Akutagawa era mucho más brusco.

-El único bruto aquí eres tú! No sabes que las flores son seres vivos también. A ti te gustaría qu-

-No soy una planta, y ninguna está gritando. Te pasaron su dolor acaso? -Dijo en un tono burlón.

-Sí no fuera por tu hermana no te ayudaba. Deja que busco yo.

Simplemente guardo silencio. Minutos después salió de la florería con hermosas flores amarillas. Y salió Atsushi, lamentado por la pobre flor que ahora estaría en el mismo techo que Akutagawa, y mucho mas porque no pago esa flor, obviamente.✿

-Eso fue robo. Me sigues debiendo una flor, y no me sorprendería que fueran dos ahora. Mejor espera ahí antes de que mates a estás pequeñas flores inocentes.

Akutagawa obedeció, como la anterior vez. Después de unos minutos, el concreto de la acera volvieron a tocar las suelas de Akutagawa, raíces que pedían gritos que se quedará, sin embargo nadie hizo caso. En su otra mano, un gran y bello ramo de tulipanes rosados; De la pureza e inocencia de la misma Gin y su vínculo fraternal. Pero, sin notarlo, tres grandes y nostálgicas rosas negras se escondían entre los cálidos tonos rosados y verdes. Una suave sonrisa se formó en su rostro mientras se sonrojo, recordando el bello rostro del jóven albino con mechones negros.

Bajo la mirada buscando ver las flores rosadas, pero de dió cuenta de las tres rosas que destacaban del resto. Lucian fuertes y bellas, sin vacilación. Agarro una en especial, poseía ocho pétalos exactamente, una ráfaga de viento se llenó a seis de ellos, dejando a dos de los pétalos juntos. Se mecieron juntos, como si fuera un abrazo de consuelo, Pero poco a poco uno de los pétalos de comenzó a despejar. Tan lento que el otro pétalo no logro darse cuenta, hasta que ya fue demasiado tarde. Ahora, un único pétalo negro, que ya no era fuerte ni bello, se arrugaba en su lugar mientras la brisa calmaba su dolor de la perdida abrupta. Paso su dedo en el pétalo, casi como sí ese pétalo fuera un ser querido. Volviendo a su hogar, con una extraña nostalgia y felicidad por cada suceso.

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✿≦ Datos; Las rosas negras suelen asociarse con el luto, las rosas negras también significan que el amor es eterno y va más allá de lo físico. Por lo que use eso para referirme a la muerte de Akutagawa, que sin importar dónde, tendrá presente a aquellas pocas personas que quedaron de su extraña y triste vida.

Y con lo último del pétalo, para quienes no sepan, Aku y Gin no soy los únicos hermanos, si no que eran ocho (Seis sin contar a ellos). Pero todos los niños fueron asesinados la misma noche que Akutagawa conoció a Dazai, y ya todos saben el resto de la historia. Gin no sabía de la enfermedad de Aku, y ella sin haber siquiera pensado que su hermano iría a morir, lo perdió sin siquiera ser capaz de darse cuenta ni de despedirse.

😔