Capítulo 20

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El rubio no dijo nada, bajó del auto con molestia y dando un sonoro portazo, era claro que entre él y su amigo se había desatado una guerra que sólo uno de ellos ganaría. Deseaba con todas sus fuerzas que fuera él quien saliera victorioso y no el pelinegro. El menor entró a su trabajo y comenzó a atender, ignorando por completo al resto del mundo, salvo a los clientes, no podía zafarse de ellos. Pasaron dos horas y llegó su descanso, en donde se encontró con el castaño, el cuál estaba amenamente hablando con su amigo. Como no quiso entrometerce, decidió sentarse cerca de ellos para estar con su teléfono viendo instagram, aunque podía oírlos discutiendo.

— ¿En serio te irás a cenar con Scott hoy? ¿Y me lo dices ahora? —bufaba con molestia el castaño, cruzándose de brazos.

— Es que me lo pidió antes de traerme al trabajo, y no se me ocurrió enviarte un mensaje —se excusó sonriente el de rulos—. Además, supuse que al estar con Liam, no ibas a contestarme los mensajes. 

— Es sólo un amigo, Isaac —suspiró con tristeza. Sin saber que su conversación era escuchada.

— ¿Y Stiles? —indagó bufón a su amigo.

— Es un completo idiota —aseguró el más bajo de altura. 

— Lo sé, pero me refiero a que él puede llevarte a casa, ¿No crees? —cuestionó el ojiceleste con una sonrisa, haciendo que al intruso se le revolviera el estómago al oírlo.

— ¿Eres un imbécil? Digo, porque siendo mi mejor amigo, deberías saber que ni muerto le pediría un favor, y mucho menos me subiría a un auto con él por voluntad propia —contestó el de ojos grises.

— Hoy viniste en su auto —observó el ruloso con una amplia sonrisa.

— ¿Tú crees que fue por gusto? Que poco me conoces —sentenció el más bajo suspirando—. Tranquilo, volveré caminando, al fin y al cabo no es tan lejos. Puedo arreglarme solo. 

— No quiero que te vayas solo, mucho menos con el loco andando suelto por ahí. Le diré a Scott que mejor nos vemos mañana —reflexionó su amigo sacando su celular con una mirada triste en su rostro.

— Olvídalo, no cancelarás tu cita por mí. ¿Por qué todos me tratan como a un niño? Sé cuidarme solo, por Dios —bufó levantándose de su silla con enojo, sin ver que Liam se encontraba cerca de ellos—. No canceles tu cita, vé y diviértete. Yo estoy bien solo...

Sin decir más, el de orbes grises se alejó irritado. Él ya no era un niño, no necesitaba que todo el mundo lo tratara como tal. Por otro lado, Isaac, acomplejado, se dio vuelta para ver por donde había ido su amigo, encontrándose con Liam, el cuál también se quedó viendo a Theo irse hacia la cocina. El de rulos volteó a ver al chico con una mueca, lo mejor que pudo hacer, ya que no podía sonreír realmente en ese momento.

— ¿Todo bien? —indagó curioso Lahey.

— Em... Sí... Todo bien... —murmuró viendo aquel punto fijo tan interesante.

— Está molesto porque yo tengo una cita y no quiero que se vaya solo a casa —explicó acercándose a la mesa en donde el menor se encontraba—. ¿Cómo van las cosas entre ustedes?

— Somos amigos... —murmuró con tristeza— Y lo sé, lo oí gritar. Se ve que realmente está enojado.

— Sí, es un completo idiota. Él cree que siempre puede hacer todo solo y no entiende que a veces necesitamos de otras personas, me estresa que sean tan orgulloso —gruñó bajo el de rulos—. ¿Sólo amigos? Es extraño, porque los amigos no se miran de esa manera, ¿Sabes? 

— ¿De qué manera? No entiendo... —mintió Dunbar con las mejillas sonrojadas, le daba vergüenza hablar de éstas cosas con el contrario, ya que no tenía tanta confianza. 

— No debería decirte ésto, pero supongo que mi amigo es más idiota de lo que pensaba —suspiró con una pequeña sonrisa— Él se muere por ti, niño. Y se nota que tú también por él, por como lo miras. 

— ¿Cómo lo miro? —indagó curioso el más bajo, ¿Tan obvio era?

— Cómo si fuera lo más hermoso del universo, y no, él no lo nota porque es un imbécil —aseguró entre risas—. Bueno, ya hice mi aporte a la comunidad, me voy a seguir trabajando —comentó el más alto, guiñándole un ojo a Liam, mientras se levantaba de su asiento.

— Gracias Isaac —murmuró con una tímida sonrisa. 

El mayor sólo asintió para irse a su puesto nuevamente, dejando a Dunbar un momento para pensar. Él podía acompañar a Theo a su casa, sabía que quedaba cerca de la cafetería porque los había oído varias veces mencionarlo, así que no sería promebla acompañarlo, luego se tomaría un taxi hacia su casa. Sí, el plan era perfecto, pero tendría que animarse a ofrecérselo al mayor, el cual, por lo que se notaba de lejos, seguía molesto. 


HeartLove // ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora