Capítulo 32

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Liam, al comprender lo que había salido de su boca, quería que el suelo se lo tragase en ese preciso momento. Sus mejillas se tiñeron de un suave color carmesí, mientras que sus ojos estaban en algún punto fijo de algún lugar lejano, cualquier lugar que no fueran los orbes grises del contrario, no podía verlo, la vergüenza que sentía lo sobrepasaba. 

— ¿Liam? 

Oyó al contrario llamarlo, con ese grueso y sexy tono de voz, aquél que, sin que el mayor lo notara, era demasiado sensual. ¿Quién podría resistirse a eso? Liam no, era obvio. El rubio volteó como una flecha hacia su objetivo, se congeló en su sitio admirando aquella maravilla de la naturaleza que era el rostro de Theodore. No podría existir algo más bello que él, estaba cien porciento seguro de ello. El mayor lo miraba con una ceja alzada, tratando de decifrar que pasaba por la mente de Liam, pero no tenía una respuesta, o así era hasta que el nombrado salió de su shock para poder hablar. 

— ¿Qué? ¿A caso no estamos saliendo y me hice una película de algo que no sucede? 

Preguntó con un ligero puchero formándose en sus labios, siempre era mejor actuar a la defensiva ante esas situaciones que lo dejaban entre la espada y la pared. Sólo rezaba para que funcionara también en ésta ocasión. Notó como los labios del más alto formaban una cálida sonrisa, sus ojos brillaban y su expresión se relajaba poco a poco, supo que había vencido. 

— Nunca dije eso, pequeño. Pero me sorprende que lo hayas dicho tú primero, creí que yo iba a terminar sacando el tema tarde o temprano —se sinceró Raeken con una dulce sonrisa—. En fin, ¿Tienes planes para mañana en la noche? —indagó con desinterés el castaño , aunque sus tripas estaban bailando y retorciéndose de un lado hacia el otro.

— ¿Mañana? No, tengo la noche libre. Te diría de salir a almorzar, pero trabajamos hasta las tres —el rubio se tomó el atrevimiento de abrazarse al musculoso brazo derecho del mayor mientras seguían caminando—. Pero luego del trabajo soy todo tuyo. 

— Muy bien, te tomo la palabra. Isaac me dijo de ir a tomar unos tragos por ahí, podemos invitar también a Scott para que el tonto no se deprima —comentó mientras seguían caminando en dirección a la salida del establecimiento. 

— Suena genial —accedió rápidamente el ojiceleste sonriente.

— Bien... ¿Quieres venir a almorzar a casa? Luego puedes venir con nosotros al trabajo, si es que el oso que tengo por amigo se levanta de la cama —ofreció amablemente Theo. 

— No quisiera ser una molestia para ti, podemos vernos luego en el trabajo... —claro que quería aceptar, pero no quería presionarlo ni hostigarlo de ningún modo. 

— ¿Bromeas? Si te estoy invitando, es porque me gustaría almorzar contigo, quiero pasar tiempo con el chico más dulce y bonito que conocí antes de ir a trabajar. Porfis, si que sí —rogó con un tierno puchero en sus labios, ¿Quién podría negarse ante una imagen tan adorable? 

— Bien, está bien. Al fin y al cabo Scott saldrá con Stiles, y él no quiere verme, así que iba almorzar solo —explicó el menor, restándole importancia a su pelea con el azabache y, para su mala suerte, olvidándose por completo que él no le había contado a nadie sobre su pelea con el de pecas. 

— ¿Te peleaste con Stiles? ¿Qué sucedió? —interrogó curioso el de cabello castaño. Sabía que Stilinski era molesto pero, ¿Qué tanto había molestado a Liam como para pelearse con él? Aquella idea le resultaba extraña. 

HeartLove // ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora