Capítulo 3

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— ¿Cómo te fue? —preguntó el rubio con curiosidad fingida.

— Bueno, Scott le habló bien de mí, así que creo que es un avance, ¿No? —preguntó con leve tristeza.

— Supongo que sí... —suspiró bajo con una sonrisa para luego mirar a su amigo—. Aún así no te interesa el niño, ¿No?

— No, ya te lo dije, sólo quiero ser su amigo. Por cierto, ¿Ves el chico moreno junto al chico de hormonas alteradas? —indagó con una sonrisa.

— ¿El de linda sonrisa? —devolvió la pregunta su amigo.

— Supongo... Bueno, él me pidió que te dé su número.

— ¿Bromeas? Si es una broma, juro que te asesino.

— No es una broma, pero si tú quieres, puedo decirle que no estás interesado...

— ¡Olvídalo! Dame ese número ahora, no puedo desperdiciar una oportunidad como ésta —contestó alegre el chico de rulos y una fina bufanda de color marrón.

El resto del día pasó normal, un poco aburrido para los chicos ya que no había mucha gente en el lugar, era Jueves por la tarde, así que no solían pasar cosas interesantes esos días. Para cuando la hora de cierre llegó, Theo consiguió despedirse de Liam de una forma un poco más amigable que esa mañana. El futuro biólogo se acercó con sutileza a Dunbar, le tocó suavemente el hombro para llamar su atención.

— Que descanses, Liam. Nos vemos mañana —murmuró sonriente el de ojos tricolor.

— Adiós Theo, que tengas buena noche —era la primera vez que hacía sonreír a Liam, y eso no podía hacerlo sentir mejor consigo mismo.

— Igual tú, hasta mañana —saludó de forma amigable para luego irse junto a su amigo con sonrisa triunfante. Una vez que ya estaban lo suficientemente lejos como para que el menor no los escuche, el de cabello castaño miró a su amigo—. ¡Lo logré Isaac, ya no me odia!

— No cantes victoria aún, Raeken —apagó suavemente las ilusiones de su amigo—. Oye, me contó Cory, el chico de la cocina, que salió una nueva aplicación de citas, quizás podrías descargarla y encontrar a alguien que no te ignore a diario —aconsejó el rubio con una sonrisa.

— No lo sé, amigo... No soy ese tipo de chico y lo sabes —contestó el ojigris con burla.

— Liam se la descargó ésta mañana. Sólo digo... —agregó Lahey con picardía.

— ¿Cómo se llama? —preguntó el castaño con una amplia sonrisa.

— HeartLove.

— Gracias cariño, te debo una.

Agradeció Theo con una amplia sonrisa para luego entrar a su departamento compartido seguido de su amigo. Esa misma noche decidió instalarse la rara aplicación, no sólo para intentar encontrar a Liam allí, sino también para poder hacerse su amigo y, si tenía mucha suerte, podría invitarlo a salir. Mientras que su compañero de casa estaba de los nervios en su cuarto, caminando de un lado al otro, meditando desde cuando se había vuelto tan idiota. 

HeartLove // ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora