Capítulo 31

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Las clases de Theo transcurrieron sin problemas luego de que se despidió de su amigo Isaac. El cuál regresó a su departamento para seguir durmiendo. Algunas clases de Raeken fueron aburridas y tediosas, especialmente la de matemáticas, pero era importante para su carrera, a pesar de tener un profesor incompetente. Al finalizar el día escolar, Theo salió de su salón en paz, desinteresado en hablar con nadie. Sin embargo, una chica alta y morena se acercó a él sonriendo. Reconoció a la molesta compañera de química, aunque no le prestaba mucha atención a sus palabras. La muchacha no paraba de hablarle a pesar de que el castaño había dejado más que claro su desinterés en la charla. No fue hasta que escuchó otra voz, que interrumpió la conversación, que decidió levantar su vista, puesto que esa voz más grave y masculina la conocía a la perfección. 

— Hola Theo, ¿Cómo estás? 

Indagó Liam con una brillante sonrisa en su aterciopelado rostro. El mayor volteó a verlo, para pasar de un aburrido ceño fruncido a una sonrisa dentada y ojos brillantes. No se esperaba encontrarse al chico hasta que llegara al trabajo, así que fue una grata sorpresa para él. Observó a detalle el rostro contrario, notando claros signos de falta de sueño debajo de sus preciosos ojos azules.

— Bien, ¿Y tú? ¿No dormiste bien anoche? —cuestionó preocupado Raeken, olvidándose por completo de la morena junto a él. 

— No, mis vecinos de al lado se pasaron gran parte de la noche discutiendo y no pude pegar el ojo —mintió levemente el rubio, frunciendo los labios en una leve mueca de disgusto—. ¿Cómo te fue con Isaac?

— El muy idiota no me dejó dormir hasta las cuatro, o tal vez cinco, de la mañana. Pero ya debe estar mejor, me trajo y se fue para seguir durmiendo —explicó el de ojos grises, dejando salir de sus labios una dulce carcajada, melodía para los oídos del contrario.

— Por suerte hoy ya es viernes, así que no tiene mucho de qué preocuparse, ¿cierto? —bromeó con aires despreocupados el más bajo.

— Supongo. Sólo espero que le duela la cabeza y se maree por lo que resta del día, se lo merece por no dejarme... —escuchó un carraspeo de garganta a su lado, así que volteó la vista encontrándose con la chica, al parecer se había a su lado—. ¿Sigues aquí? —cuestionó Theo con confusión, supuso que a esa altura, la morocha ya habría notado su falta de interés en ella.

— Sí. Sigo aquí —respondió con ofensa, al parecer quería algo, quizá si la hubiera escuchado sabría el qué.

— Ajá, ¿qué quieres? ¿Es importante? —preguntó el castaño con claro desinterés.

— Sólo quería saber si mañana querías salir a tomar algo... —murmuró la joven apenada, con un leve rubor subiendo a sus mejillas—. Oí que es tu cumpleaños y...

— No —sentenció el de ojos grises con molestia—. Sí, es mi cumpleaños, pero no quiero salir contigo. Si oíste que es mi cumpleaños, también debiste haber oído que era gay, así que gracias pero no. 

Raeken parecía muy hostil y apático cuando se trataba de gente que no conocía, algo que le extrañó a Liam, ya que nunca lo había visto de ese modo. El rubio conocía al Theo alegre y bien llevado con todos, siempre sociable y con una amplia sonrisa adornando su rostro, ésta faceta tan mistoriosa de él definitivamente nunca la había visto. La chica asintió con incomodidad, murmuró un bajo "lo siento" antes de marcharse de allí, para por fin dejar a los jóvenes solos. El castaño volvió su vista a Liam, el cuál lo miraba aún con curiosidad, esperando una explicación ante su extraña reacción. 

— ¿Qué pasa? —indagó el más alto, comenzando a caminar hacia afuera del edificio, a un lado de Dunbar.

— Nada... Sólo que nunca te había visto ser tan apático y distante con alguien hasta ahora —murmuróó el rubio con asombro. 

— Ah, ¿Eso? Es que ella no me cae bien. Es de las idiotas que cree que uno es gay sólo porque nunca estuvo con una mujer y dice que puede "cambiarme" —explicó con ligera molestia el ojigris, para podo después volver a su habitual sonrisa. El rubio le transmitía una paz que no podría explicar con palabras. 

— Que idiota... Espero que nunca cambies porque sino, ¿Con quién saldría? —preguntó el más bajo al aire, sin considerar en que aquellas palabras podrían tener un gran efecto en el mayor. 

— ¿Qué...? —indagó Theo con una amplia sonrisa en su perfilado rostro, la emoción y la felicidad recorrían sus venas como nunca antes le había sucedido. 

HeartLove // ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora