Capítulo 44

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Theo se levantó con cuidado del césped que rodeaba las tumbas, para ser recibido por unos cálidos brazos que se colgaron con rápidez por su cuello. Ambos jóvenes se abrazaron en medio del lúgubre lugar, mientras dejaban asalir algunas lágrimas de sus ojos, uno por la despedida a sus difuntos padres, y el otro por las emotivas palabras de su pareja. Una hora después, mucho más tranquilos, se encaminaron con traquilidad hacia su trabajo, con los ánimos por los cielos. Theodore sentía que la mochila que había sentido en sus hombros, por los últimos cuatro años, había desaparecido de un momento al otro. Cuando llegaron a la cafetería, el mayor miró extrañado cómo las persianas estaban bajas y la puerta cerrada, ya que deberían estar en el cambio de horario de los empleados, no cerrado. 

— ¿Crees que habrá pasado algo? Digo, no es normal que esté todo cerrado, ¿No crees? —indagó con confusión el más alto, volteando a ver al chico junto a él. 

— Creo que sobreanalizas demasiado las cosas. Entremos y sabremos que es lo que pasa.

Aseguró el rubio con una sonrisa inocente en su pecaminoso rostro. Claro que Liam sabía lo que estaba sucediendo, pero no podía arruinar todo el esfuerzo de todos, incluído el propio, por más de que esos brillantes ojitos lo tentaran a ceder. El mayor alzó los hombros, restándole importancia a la extraña situación, para luego entrar a la cafetería, seguido de cerca por Dunbar. Al cruzar la puerta, se encontró, no sólo con sus amigos, sino también con Peter, todos gritando "sorpresa" una vez que el cumpleañero había cruzado la puerta. Raeken se quedó estático en su sitio, procesando aquello con una sonrisa confundida en su rostro, volteó rápido su vista al menor, que se había posicionado junto a Isaac con emoción, esperando su reacción como todos los allí presentes. 

— No lo puedo creer... —murmuró limpiándose las lágrimas, que no sabía en que momento habían salido, de sus ojos con la manga de su sudadera—. Esto es precioso, en serio... 

Exclamó con sorpresa, mirando con detenimiento como habían decorado toda la cafetería con globos, serpetinas y fotos del homenajeado con todos los presentes. Se acercó lentamente a una foto en donde estaban él y Liam bebiendo un café juntos, ambos con una sonrisa. Sabía perfectamente que era de la noche anterior, pero se preguntaba en qué momento la habían tomado y cómo es que no se habíai dado cuenta. La siguiente en la que se concentró fue una de él y Isaac, en esa foto tendrían unos once años, estaban en el patio del colegio, ambos eran sólo unos niños. Junto a esa, otra que se habían tomado hacía unos días atrás, habían salido a tomar un café y su amigo había insistido en tomar esa foto, ambos con amplias sonrisas dentadas en sus rostros. Caminó un poco más, encontrándose con una fotografía de él con Corey, ambos con el mandil de cocina y hechos un lío, llenos de harina y demás ingredientes, el fatídico día en que el mayor había intentado enseñarle al veinteañero a hornear un pastel, claro que Corey se molestó y terminó haciéndolo solo. Otra junto a esa, de él junto a Scott unas semanas atrás, en clase de Biología Molecular, ambos dormidos en clase, y otra al lado, un rato depués, con ambos bien despiertos, con el cabello alborotado y baba seca en sus rostros. Aquellos recuerdos lo hicieron reír. Dentro del pasillo de fotos había varias de cuando era niño, algunas junto a su abuelo, otras junto a sus padres y demás, pero las últimas tres fueron las más significativas para él; En la primera se veía a un Peter mucho más joven en lo que parecía una sala de hopital, con un pequeño bebé en brazos que le sostenía uno de sus grandes dedos con su pequeña manito, el Hale estaba llorando con una amplia sonrisa en la foto. La siguiente foto era del día en el que Peter lo había adoptado legalmente, el mayor pidió que le tomaran una foto justo cuando firmaba los papeles de adopción, se le notaban las lágrimas en sus ojos y una radiante sonrisa en su rotro. Y por último, otra imagen de él con Peter, pero esa era diferente a las anteriores, recordaba ese día... Ambos estaban sonriendo, sentados uno junto al otro en ese restaurante argentino que ambos amaban, era de hacía dos semanas atrás, de la primera vez que Theo había llamado a Peter "papá", el mayor estaba tan emocionado que exigió tener una fotografía de ese momento. Ese hombre, que aparentaba ser tan malo y rudo, era un garn padre orgulloso. Theo se dio la vuelta, encontrándose con todas las personas que quería reuinidas en ese lugar. 

— ¿Quién organizó todo ésto? —preguntó, aún llorando con emoción, el castaño.

— Lo siento si no te gustó, hijo... Pero creí que, ya que éste año decidiste hacer algo, podríamos organizarte una especie de... 

Antes de que el hombre pudiera terminar su explicación, ya tenía a un joven adulto abrazado a su pecho y llorando como si fuera un niño pequeño. El Hale correspondió el abrazo con ternura, como si ese abrazo fuera la demostración de cariño más grande, e importante, que el menor le hubiera dado, y es que así era. 

— Gracias, papá... Tú siempre sabes como hacerme feliz... —murmuró el castaño más joven, sin separarse del cálido abrazo.

— Siempre estaré aquí para ti, no importa la edad que tengas... —devolvió con el mismo cariño, la voz aterciopelada y ligeramente rota por la emoción. 

HeartLove // ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora