꒰🍼꒱Capítulo 3・₊˚

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Edgar se había levantado muy temprano para llegar justo a tiempo a su trabajo pues vio que la residencia donde lo habían contratado no estaba tan cerca de donde vivía.

Se vistió y arreglo para dar una buena impresión, luego de eso salió de la casa no sin antes despedirse de Colette aún que esta estaba profundamente dormida.

Prendió su celular y pidió un Uber (🫦‼️) para después darle la dirección al chico que manejaba.
Al llegar, le pagó y se bajó.

Un guardia de seguridad lo recibió y este simplemente le dijo que iba para una casa pues lo habían contratado como niñero, seguido de eso le mostró los datos del día anterior.

Al dejarlo pasar pregunto por una casa con las características que le habían descrito y el guardia simplemente le dijo que estaba un poco alejada de las demás pero, unas cuantas cuadras y llegaría.

Estuvo recorriendo algunas casa las cuales se veían muy modernas y caras, ahora se preguntaba por qué aquel chico había decidido comprar una casa vieja en vez de una moderna, eso es lo que quieren todos los jóvenes, ¿No?

Al lo lejos pudo divisar la casa, cuando llegó al frente, se quedó impresionado por lo bonita que era, más parecía una casa sacada de fantasía, o de una película.

"Esta casa parece la de un Hobbit, ¿Será que el dueño es uno?" Pensó y rió por su propio chiste, luego de unos minutos por fin se digno a tocar la puerta.

Un peliazul muy apurado le fue a abrir puesto que ya se le hacia algo tarde para el trabajo y estaba esperando a que Edgar llegara para poder irse.

— ¡Hola! Yo soy Fang, tu debes de ser Edgar, por favor pasa.- Edgar asintió y entró a la casa analizándola un poco, sin embargo fue sorprendido por Fang ya que le había dado al pequeño bebé en brazos.

— En la cocina te dejé la receta del doctor, te dice a que horas tiene que comer, cuanto de formula le debes de dar y todo eso, si llora demasiado, que lo dudo, llámame, ¿Si?.- Y sin dejar que Edgar pudiera responderle abrió la puerta y salió apresurado.

Un silencio extraño se formó en la casa, y el primero en romperlo fue el pequeño, quien al no ver a su papá comenzó a llorar, asustando a Edgar por el repentino ruido.

Edgar soltó un suspiro, era normal que los bebés lloraran por este tipo de cosas, pero, ¿Qué se le va a hacer?

Fue a la cocina y revisó la nota que le había dejado Fang, a pesar de que el pequeño no dejaba de retorcerse en sus brazos intentando zafarse del agarre.

Edgar intentaba leer la nota mientras tenía a un pequeño bebé empujando sus brazos para que lo soltara, se notaba que quería enserio a su papá.

— Ya estate tranquilo que quiero ver si ya comistee.- Dijo algo desesperado Edgar, hasta que por fin pudo leer que el pequeño se llamaba "Gus" y en efecto, no había comido.

Sin embargo darle de comer sería un tarea súper difícil teniendolo así de inquieto por lo que decidió llevarlo al cuarto y buscar entre sus juguetes para distraerlo un momento.

Intento de todo pero simplemente no funcionaba, así que decidió comenzar a cantarle una canción de cuna, a ver si eso funcionaba, y vaya que lo hizo pues después de unos momento el bebé dejó de llorar.

Al terminar la canción el pequeño tenía toda su carita roja y húmeda por el llanto, mientras veía a Edgar con curiosidad.

— Mira como terminaste, te voy limpiar ti bella cara y después te voy a dar de comer ¿Si?.- Edgar se dirigió a una mesita donde habían unas toallitas y retiro el moquito y lagrimitas que estaban en su carita.

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