Fang es un chico de 25 años que añoraba conseguir una familia, eso de ser padre le interesaba como nunca, y al fin lo logró. Más fue su sorpresa al encontrarse con un chico que cambiará aún más su vida.
Edgar se encontraba en la cocina con Akame, la mamá de Fang, y Piper preparando la cena para noche buena, por mientras, su novio se encontraba afuera, siendo ayudado por Byron y su papá para adornar la casa.
-Fang, pon esas luces del otro lado, ¡Pero cuidado!- Decía su padre mientras Fang luchaba con no caerse de la escalera.
-Si, perdón, ya las pongo.- Decía Fang algo nervioso, pero luego de unos momentos logró ponerlas bien.
-Bueno, ya bájate, necesitamos poner los muñecos de nieve, y seguir adornando adentro.- Le dijo su padre a Fang quien bajo rápidamente.
Luego de unos minutos terminaron de adornar afuera, así que decidieron entrar a la casa, donde estaban Gus, Colette, Mandy y Chester, los cuales hablaban en la sala, mientras el pequeño gateaba de un lado al otro.
-Mmh... Todavía falta que lleguen mis amigos, bueno, seguiré adornando.- Hablaba Fang consigo mismo mientras sacaba los demás adornos.
Mientras ellos adornaban, un olor delicioso salía de la cocina, haciendo que sus estómagos rugieran por el hambre, así que Fang dejó lo que estaba haciendo para ir a la cocina y robarse algo de comida. Aunque antes de que pudiera entrar Edgar lo detuvo.
-Ah ah Fangcito, vuelve a adornar.- Le decía su pareja, haciendo que el peliazul le hiciera ojitos.
-Por favorrr, tengo hambreee, además yo compre todo.- Fang rogaba.
-Mmm, que tu lo hayas comprado no significa que puedas probar la cena a medio cocinar, ¿O acaso te quieres enfermar?- Edgar le sonrió y Fang le devolvió el gesto, para luego comenzar a reírse con el.
-Esta bien, esta bien, pero tengo hambre.- Edgar rodó los ojos y luego le dio un beso a Fang.
-En unos 20 minutos ya esta la comida, pero falta que lleguen tus amigos, Bibi y Janet, así que te va a tocar esperar.- Fang hizo un puchero y luego, volvió a la sala para seguir adornando.
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Más al rato ya habían llegado todos, por lo que ahora si, Fang entró a la cocina para poder comer algo, aprovechando que su pareja estaba algo ocupado saludando.
-Hola mami, ¿Me das?- Decía Fang mientras miraba la sopa que preparaba su madre.
-Si mi palomita, a ver, pasáme un plato.- Fang asintió rápidamente y emocionado, para luego sacar un plato y dárselo a su madre, quien le sirvió la sopa.
El asiático se fue de la cocina con el primer plato de sopa, obviamente le iba a presumir a sus amigos que privilegios tenía.
-Parece que consientes mucho a tu hijo.- Habló Piper.
-Oh, si, el es mi niño, mi único hijo, así que siempre lo consentiré, tenga la edad que tenga.- Sonrió la mujer mientras cortaba algunos vegetales.
-Yo siempre quise tener un hijo, pero nunca pude... Ahora que veo, se me cumplió ese deseo.- Sonrió mirando a Edgar.
-Parece que le tomaste mucho cariño a Edgar, pero se ve que es mutuo, además, también le faltaba una madre a ese niño, o tal vez... Una familia.- Akame sonrió viendo como su hijo besaba a Edgar y lo invitaba a comer de su plato de sopa.
