꒰🍼꒱Capítulo 5・₊˚

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A mitad de la noche los dos chicos se levantaron, puesto que el pequeño bebé había comenzado a llorar repentinamente.
El primero en reaccionar fue Edgar, por lo que abrió los ojos con pesadez, dándose cuenta de que estaba acurrucado en el pecho de Fang, cosa que lo avergonzó.

El segundo en despertar fue obviamente Fang, el cual al ver la situación y por la fiebre atino a darle un besito en la frente a Edgar y darse la vuelta separándose de él.

- Que sueño, ve a ver al pobre Gus querido.

Edgar se quedó confundido al escuchar el último apodo, a lo mejor por la fiebre lo confundía con su esposa, así que lo dejo pasar, aun que no iba a negar que estar entre su pecho era muy cómodo.

Un poco avergonzado y sonrojado se levantó para cargar al pequeño Gus que no dejaba de llorar y retorcerse en sus brazos, parecía que quería algo.

Edgar hizo de todo para calmarlo, le habló, le mostró un juguete, vio la televisión con el y nada, el pequeño seguía llorando sin cesar.

- ¿Tienes hambre mi amor? Que pasa...- Edgar se rindió y se dirigió a la cocina, calentando agua para la leche, aun somnoliento.

Reviso la hora y apenas eran las 2am, hora en la que a veces Edgar no podía dormir, pero que más daba, debía cuidar a un pequeño que no dejaba de llorar.

Le dio el biberón y Gus comenzó a comer con desesperación, al parecer eso era, simple hambre.

- De haber sabido me hubiera ahorrado todo esto.- Dijo mientras mecía al bebé, mientras este poco a poco se iba quedando profundamente dormido.

- Ahora si.- Se dirigió al cuarto y lo dejo en su cunita, donde lo arropó y le dio un beso en la frente, para después ir al lado de Fang para volver a dormir.

- Se dirigió al cuarto y lo dejo en su cunita, donde lo arropó y le dio un beso en la frente, para después ir al lado de Fang para volver a dormir

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En la mañana, Fang fue ahora si, el primero en despertar, le dolía un poco la cabeza, pero fuera de eso se sentía bien.

Se levantó un poco desorientado, sintiendo como los tenues rayos del sol se posaban en su cara por la cortina.

Miro a su alrededor y vio en la cuna a su pequeño bebé durmiendo plácidamente, luego, volteó a su lado y vio a Edgar durmiendo boca arriba con una almohada en la cara.

Arqueo la ceja he intento recordar lo que había sucedido ayer, puesto que con la fiebre se le habían olvidado algunas cosas. Al final termino por recordar todas las tonterías que le había dicho a Edgar, cosa que lo dejo muy avergonzado.

Prendió su celular y vio que eran las 12 de la mañana, ya casi iba a caer la tarde y ellos seguían durmiendo. Preocupado, se levantó y fue directo con su pequeño bebé quien se encontraba imperturbable.

No quería tener que despertarlo, pero ya le tocaba su ración de lechita, por lo que con cuidado lo cargó con sumo cuidado todavía dormido y lo llevó a la cocina.

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