Fang había decidido llevar a su bebé al pediatra, pues quería saber cuantos meses tenía, llevar una alimentación sana con el y sobre todo, saber su estado de salud actual.
El doctor le comentó que el estaba completamente sano y que penas tenía un mes de nacido por lo que tenia que llevar una dieta específica, es decir, una leche en polvo para el.
Llevarían un control cada mes por seguridad del niño, pues no se sabía con exactitud quién era la madre y eso generaba algunos problemas.
Ya habían pasado unas horas desde que el pequeño bebé había despertado y hasta ahora no había llorado, sólo emitido sonidos al estar en brazos de Fang.
El mencionado realmente no entendía por qué tanta paz con el, se supone que mínimo estuvo con su madre un mes y por ende la debía de extrañar, sin embargo, el haría todo lo posible por cuidar y amar a su hijo pase lo que pase.
Ya era de noche, todo el día se la pasó haciendo compras para el bebé y entre ellas su comida pues la única vez que lloró fue porque tenía hambre.
Al prepararle la fórmula este comenzó a comer con desesperación, señal de que en aquel lugar deplorable no le habían dado de comer hace mucho tiempo y por eso este reaccionaba de esa forma.
— Maldita vieja...
Preparó su cunita para que pudiera dormir y lo dejo ahí después de haberlo alimentado, después de unos minutos de estar jugando con un peluche se durmió.
Revisó su teléfono y vio que tenia algunas notificaciones de su correo electrónico, al parecer eran de su nuevo trabajo y eran sus horarios.
Al ver que tenía que ir de forma presencial soltó un suspiro, ¿Ahora quien cuidaría de su pequeño?
Sin más, se metió a una página de niñeras que había encontrado navegando, sin embargo, no le dio la confianza necesaria para poder cuidar a su pequeño bebé.
Sin más, entró a otra página la cual se llamaba "sweet milk" página la cual si se veía muy confiable pues tenía buenas reseñas y estaba verificada.
Comenzó a navegar por los perfiles de algunas chicas hasta que se le hizo extraño ver a un chico, es decir, no es como que no existieran los niñeros, pero su aspecto era algo extraño de ver en una página donde contratas niñeras.
Por curiosidad se metió a ver su perfil y para su sorpresa tenía buenas reseñas y uno de los más recomendados por la gente. Estuvo unos 20 minutos leyendo los comentarios que tenía y sorprendentemente todos eran positivos y algunos disculpándose por juzgarlo antes de ver quien era.
Sin más, decidió contratarlo a él, quería probar como sería su servicio. Marcó al número que se encargaba de atender a los clientes y una chica no tardó en responder.
— Buenas noches, ¿Qué necesita de nuestros servicios?
— Buenas noches, me gustaría contratar el servicio de una niñera.- A Fang no se le hacía extraño que si le contestaran en la noche puesto que ya era normal contratar niñeras a altas horas pues algunos padres tenían compromisos.
— ¡Claro! Dígame, ¿Ya tiene una idea en mente? O le recomiendo unas.
— De hecho ya se cual, pero no se si esta disponible.
— Claro, dígame ¿Quién es?.- Fang le relató el perfil del chico que había visto y que le había interesado y para su suerte estaba más que disponible.
— Oh, esta disponible, ¿Por cuanto tiempo la necesitaría?
— Mmm, la verdad es que la necesito para cuidar un bebé toda la semana, no se si eso se pueda.
— Un niñero de tiempo completo, generalmente este chico no acepta esos trabajos pero si tiene suerte tal vez si, le enviaremos un mensaje en unas horas para ver si nos acepto el trabajo.- Fang respondió con un simple "claro" y seguido de eso colgó la llamada.
Pasada una hora recibió un mensaje de la agencia diciendo que Edgar había aceptado la solicitud y que de favor le enviara unos cuantos datos para así sellar el "contrato".
Edgar siempre fue un chico solitario, desde muy pequeño fue muy tímido pero siempre mostraba ser demandante y saber poner límites.
Cuando entró a la adolescencia su madre lo llevaba a las casas de sus tíos seguido, ya sea por fiestas o reuniones banales, sin embargo siempre convivía con sus primos pequeños.
Sorprendentemente siempre le agradó estar con ellos, pasar tiempo, cuidarlos y mimarlos, en especial si eran bebés pues a su parecer era los más tiernos y lindos.
Aun que no le gustaba admitirlo, era muy feliz en esos tiempos, por eso mismo cuando creció decidió ejercer una profesión que tuviera que ver con los niños.
Sin embargo, cuando le contó a su madre que había sido aceptado en ese trabajo esta en vez de apoyarlo le grito y dijo de cosas, con la excusa de que ese trabajo solo era para mujeres y era muy ridículo.
Sin más, el chico tuvo que irse de casa, sin embargo su amiga Colette bien lo recibió en la suya, aun que realmente era un departamento algo espacioso que ansiaba compartir con alguien pues fue regalo de sus padres.
Y es hasta aquí donde llegamos al presente. Edgar se encontraba acostado en su cama viendo videos, hasta que le llegó un mensaje de su trabajo, al parecer tenía una nueva solicitud de trabajo.
Vio que era de tiempo completo y lo iba a rechazar pues el nunca se interesaba en ese tipo de trabajos pues los sentía cansados y agotadores.
Pero, al ver que se trataría de un bebé, cambió completamente de idea, tal vez sería mucho más difícil que un niño ya grande, pero, a él le encantaban los bebés.
Sin dudar aceptó y pronto le enviaron los datos de la persona a la que debía ofrecer sus servicios.
— Un chico llamado Fang... Espero sea buena onda, me sorprende que tan joven tenga un bebé y siendo soltero.- Por curiosidad revisó cuanto le iban a pagar por día, y vaya que se llevó una sorpresa, sin duda fue lo mejor aceptar.
Dejó el teléfono en la mesita de noche y se dispuso a dormir, tampoco quería llegar desvelado y dar una mala impresión pues iba a cuidar un bebé y es importante la energía.
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Voy a colapsar.
Arist! <3
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Paternidad
Hayran KurguFang es un chico de 25 años que añoraba conseguir una familia, eso de ser padre le interesaba como nunca, y al fin lo logró. Más fue su sorpresa al encontrarse con un chico que cambiará aún más su vida.