Fang es un chico de 25 años que añoraba conseguir una familia, eso de ser padre le interesaba como nunca, y al fin lo logró. Más fue su sorpresa al encontrarse con un chico que cambiará aún más su vida.
Edgar realmente no sabía a donde iban a pasar su luna de miel, y de una u otra forma le daban muchos nervios pues no era un experto que digamos. Conocía del tema, sin embargo, nunca lo había hecho.
También se entristeció de dejar a Gus con la mamá de Fang, aun que el pequeño ni se dio cuenta del momento en el que Fang y Edgar se fueron, ya que había quedado muy cansado de la boda y ahora estaba tomando una siesta.
Fang lo subió al coche, al parecer le había dicho que tenia una sorpresa para el, y que esa noche seria totalmente perfecta.
En todo el camino fue muchísimo más nervioso, y su bufanda al sentir las emociones de su dueño, comenzó a erizarse y cubrirlo demasiado.
— No te pongas nervioso Eddie, no te voy a hacer nada que tu no quieras.- Habló de repente Fang, sacando de sus pensamientos al pelinegro.
— Ah... n-no, es que nunca había hecho algo así.- Admitió avergonzado.
— Parece que seré el primero.- Dijo divertido. Eso solo provocó otro sonrojo más grande de parte del emo.
— Mmh... Tu bufanda te delata fácilmente Eddie, pero tranquilo, no tengas miedo ni mucho menos nervios.
Al fin llegaron al motel, y Edgar se sorprendió al ver que no era uno cualquiera, sino que uno 5 estrellas. Como a Fang no le gustaba mucho esos juegos sexuales ni mucho menos los juguetes pidió una habitación que no tenga tantas de esas cosas.
Al ser un motel lujoso, se lo concedieron sin ningún problema, aun que bueno, eso ya lo había preparado desde la reservación.
Cuando entraron al cuarto Edgar se quedó boquiabierto con lo lujoso que se veía, realmente le gustaba demasiado, hasta que fue agarrado de las caderas sutilmente.
— Listo para iniciar la noche, ¿Amor?.- La piel de Edgar se erizo ante esa coqueta voz cerca de su oído.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahora se encontraba recostado en la cama, con la ropa desordenada, y sobre el estaba Fang, el cual repartía besos por todo su cuello, al igual que lamidas, y mordidas, dejando marcas notables.
Edgar solo se limitaba a jadear y suspirar, su bufanda se había ido por si sola, y se había quedado en un sillón que estaba por ahí, al parecer esa traviesa no sabía realmente que iba a hacer su dueño.
Pronto el saco y camisa fueron retiradas, dejando su torso pálido descubierto, con sus lindos botones rosas, los cuales no pasaron desapercibidos por Fang, el cual comenzó a jugar con ellos.
Para Edgar todo era totalmente nuevo, la sensación de tener a alguien lamiendo esa zona sensible lo hacia raro, pero cuando pensaba que se trataba de Fang, todo cambiaba, pues una corriente de exitación pasaba por todo cuerpo.
Fang pronto también retiro su saco y camisa, con algo de dificultad, pues a diferencia de Edgar el tenía una corbata, la cual se sentía como si lo estuvieran ahorcando de las ganas que tenía por Edgar.
