Mattheo Riddle se obsesiona con la prima de su mejor amigo. Una noche jugando la habitación del paraíso, queda completamente maravillado con Maxine Nott.
Así sea que ella lo odie a morir, el hará que lo ame a morir, sin importar que.
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CAPITULO VEINTIDÓS
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Maxine había salido temprano de su dormitorio para encontrarse con Stacy, su amiga. Quería llevar la amistad con ella lo más sincera posible, así que iría a contarle que ahora estaba saliendo con Mattheo Riddle. Se sentía como esas chicas que iban a contarle a su confidente todo detalle. Algo que le incómodaba tremendamente a Maxine ya que había tenido anteriormente charlas con Stacy, donde Maxine se negaba a tener atracción por Mattheo.
Sustuvo con fuerza su varita y atravesó el salón de su sala común, sin prestar atención a cuántas personas había en el, como comúnmente hacia cada vez que estaba ahí.
- No te atrevas siquiera a hacer eso -Escuchó antes de salir completamente por la puerta.
Sabía que era la voz de Mattheo, se giró a verlo, el ya llevaba el uniforme y se veía bien.
- ¿Qué? -Murmuró tratando de averiguar a qué se refería.
Mattheo estaba parado justo a la entrada de la sala común, se veía bien pero su cara demostraba que estaba confundido. Haciendo que Maxine pensara si su maquillaje nuevo de ese día era malo. Se acercó a Maxine, la tomó de la mano y la acercó a él.
- Sabes perfectamente a qué me refiero... Irte sin mi -Maxine Sonrió y tomó su mano, aún se encontraba en un limbo que ella misma habia creado, como es tener un novio que antes quería lejos de ella? Pero extrañamente ahora sentía que lo quería cerca, sabiendo que le daba miedo y vergüenza. ¿Porque?
- Quería encontrarme con Stacy.. -Dijo y Mattheo la tomó por la cintura.
- ¿Entonces preferirías pasar tiempo con ella, qué conmigo? -preguntó mientras colocaba un mechón de cabello detrás de la oreja de ella
Se puso nerviosa por su toque, ella se sentía diferente, y también sentía a Mattheo igual.
El sonrió al ver qué la forma que había puesto su maquillaje cambiaba, usualmente ella solo se retocaba, pero ese día, ella llevaba las mejillas más rosadas y los labios de un color más oscuro.
- Solo era antes del almuerzo... -Habló Maxine- Pensé que podríamos almorzar juntos... Tu y yo por primera vez.
- No sabía que eras tan romántica... -dijo con una sonrisa mientras la acariciaba ligeramente con una mano.- Si me hubieras pedido ir contigo, habría ido sin dudarlo. -dijo a la vez que la atraía más hacia su cuerpo.
Ella negó divertida, ella tampoco había tenido novios, debido a su obsesión por Alexander Lestorges.
Mattheo sabía lo que pasaba por su mente y sonrió, le dio un beso en la frente.
- Deberíamos empezar a irnos para el comedor si no quieres llegar tarde, y yo odio ser impuntual. -dijo mientras la tomaba de la mano y comenzaba a caminar.
