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Ivar.El día apuntaba a ser uno de los más aburridos desde mi estadía en Londres. Mi círculo de seguridad me seguía a todas partes, y no podía quitármelos de encima. Siempre, absolutamente siempre eran un problema. Me seguían como moscas, parecían garrapatas que solo querían estar pegadas a mí.
No me dejaban respirar.
Acelere el auto, y ellos no dudaron en hacer lo mismo. Parecían una maldición. Sabía que estaban haciendo su trabajo, pero yo también estaba haciendo el mío. ¿O competir con la heredera de los Foster por unos terrenos no era trabajar?
No estaba seguro de lo que podía encontrar ahí, y eso me asustaba. No quería creer lo que me decían mis superiores sobre Sarah Foster. Mi mayor problema es que la veía como un ángel, y tenía la necesidad de cuidarla de todos, incluso de mí.
Masculle algo en voz baja cuando mi celular me avisó sobre una llamada. Era mi madre. Y antes de contestar, sabía que solo quería fastidiarme.
— ¿Si?
— ¿Cómo estás, cariño?
— Estoy bien, trabajando.
Hizo uno de sus silencios. Los hacía cuando sabía algo.
— Estoy en la empresa, Ivar. Sabes que no me gusta que me mientas.
Ay mamá. Si supieras las veces que te he mentido desde mi regreso a Londres. Si le dijera todo lo que estuve haciendo por fuera, se moriría frente a mis ojos.
— No todos los trabajos tienen que ver con esa estúpida empresa.
Ella sabía que la odiaba. Y si estaba ahí, trabajando como el jefe, era porque era parte de mis planes.
— Bien. Pero no me hables así. Soy tu madre muchachito, me debes respeto y te quiero en la casa a las 8 de la noche. Cenaremos en familia.
No me dio tiempo a responder. Me cerró la llamada y sentí que su voz resonaba en el auto.
Mi madre solía ser dura algunas veces, y quería que siempre se cumpliera su voluntad. Esa fue la mayor razón para dejar Londres antes, y temo que sea la razón después.Apreté mis manos en el volante y miré alrededor. Los hombres todavía me seguían, y ya estaba cansado. Acelere el auto y gire a la derecha sin poner las intermitentes. Volví a girar, pero a la izquierda, y así lo hice, varias veces hasta que los autos detrás de mí se perdieron. Respire tranquilo cuando estuve solo, y me puse alerta cuando mi celular avisó sobre un nuevo mensaje.
"¿Nos vemos?"
-Sarah F.Me vi sonriendo como un idiota cuando vi su mensaje. Yo solía mentir en muchas cosas, era un hombre que guardaba secretos, pero no mentía sobre que ella me gustaba. Cuando estaba a su alrededor, sentía que el mundo era una mentira, y ella era la única verdad. En los primeros días, quise evitarlo, pero era un hombre que me entregaba a lo que sentía, y la atracción, la tensión y el deseo, que sentía cuando estaba con ella, no podía ocultarlo, ni tampoco podía reprimirlo.
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El Juego de Sarah
RomanceEn la guerra y en el amor todo se valía. Y yo, simplemente mentiría sobre el amor en una guerra.