Mi guardaespaldas [G!P]

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Jeongyeon pov:

2 meses después...

Exactamente ya pasó medio año desde que no supe nada de Nayeon y de mi hijo, tengo el presentimiento de que el señor Im cambió la identidad de su hija para que yo no la pueda encontrar.

Seis meses para mí fueron demasiado largo, fueron meses muy duros el de tener que luchar contra la depresión y tratar de no caer en alguna sustancia o droga que mis compañeros de trabajo consumían para aliviar el estrés.

El perro de Nayeon no logró vivir a mi lado bastante tiempo. Kookeu enfermó, probablemente era una enfermedad de base que venía junto a él. Me ponía triste ya que era lo único valioso que tenía de Nayeon.

Cada bebé que veo me pone feliz y melancólica a la vez, el sentimiento aumenta aun más cuando veo que es una joven mamá jugando con su niño o simplemente cuidando de él.

"Dónde estás, hijo".

Pero sabía que si seguía así deprimida no iba a lograr nada por lo que era momento de levantarme y seguir trabajando como un guardaespaldas.

"Espero que estés ahí en alguna parte del mundo amor mío".

—Jeongyeon, despierta. Deja de pensar en mujeres.

—Jajajaja seguro se imagina a aquella mujer del bar que le empezó a bailar.

—Ya quisiera tener la suerte de esta mujer, que se le acercaron las mujeres a bailarles encima.

Empecé a reír sonrojandome al recordar esa noche en la que tomé hasta quedar mal.

—¿Me necesitaba señor?.

—Solo mantente atenta a la conversación.

—Disculpe, lo escucho.

—Bien, les decía que el señor Kim me debe 1 millon de dólares y hasta la fecha no me lo devuelve y ahora seguro él está rascándose las bolas con esos millones. Me enteré de que hasta aquí en Japón su querida hija estaba embarazada por lo que el muy patriota quiso que su nieta sea Coreana más no japonesa.

—¿Entonces qué haremos señor?.

—Fácil, en la noche iremos a su casa ya lo investigué en dónde vive pero...

—¿Quiere que matemos al señor Kim?.

—Nonono, solo le daremos una asustadita entraremos a su casa camuflados con algo cubriendo nuestra cara, TODOS sin excepciones y quién sea de ustedes quiero que secuestren a la nieta del señor Kim. La usaremos como amenaza. Caso contrario secuestraremos también a su hija hasta que me devuelva los putos millones.

—Qué pasará si no quiere hacerlo.

—Será duro pero mataremos a su hija y nos quedamos con el bebé. Los padres siempre tienen un punto débil en especial este que es su única hija.

—Entendido.

—¡Pero ya, muévanse, muévanse!, no los quiero ver parados aquí vayan y pónganse sus capuchas y tapense esas caras todas arañadas.

Todo el mundo empezó a alistar las camionetas y meter armas para la noche e ir a casa del señor Kim.

Yo no quería hacer tal cosa pero este fue mi destinó que elegí como guardaespaldas, fácilmente pude haber sido guardaespaldas de alguna celebridad o presidente pero por alguna extraña razón elegí el otro lado del camino equivocado.

—Esta noche no quiero que estés al pendiente de mí, quiero que vayas por el objetivo. Tú eres más ágil y rápida cuando se trata de robar por lo que quiero que lo hagas y secuestres al bebé en lo que nosotros de seguro estaremos peleando arreglando cuentas.