Oh my good. La suegra...
¡Cállate!
—Eh... ¿Le gustaría pasar? —pregunto.
—Si no es molestia. —me sonríe de lado.
Yo me hago a un lado y ella pasa adentro de la casa.
Suspiro y cierro la puerta detrás de mí.
—Su hijo no está. —le digo—. Está de viaje con el señor Adam.
La señora Claudia se sienta en el sofá. Yo me siento en el opuesto, delante de ella.
—Oh, lo sé, lo sé. No quiero hablar con Matt, quiero hablar contigo.
—¿Eh? ¿Conmigo? ¿Por qué?
Ella se encoge de hombros.
—Quería conocer a la compañera de piso de mi hijo. Me ha contado muchas cosas sobre ti.
—Espero que buenas. —digo, más para mí que para ella.
—Todas buenas, te lo aseguro. —me sonríe.
Y de repente me pasa por la cabeza la idea de que la pobre mujer debe tener dolor de boca de tanto sonreír.
—Émery... Verás, no solamente quería conocerte. También me gustaría saber si... te gusta mi hijo. —murmura, ¿apenada?
—Eh, yo...
—No quiero ser entrometida en la vida amorosa de mi hijo. Nunca lo he hecho, al menos no hasta ahora porque nunca había visto que estuviera tan interesado en alguien. No hablaré más allá de la cuenta porque no me incumbe, pero lo único que quisiera pedirte, es que no le rompas el corazón a mi Matt. Él ha tenido una infancia dura, ¿sabes? No quisiera que volviera a sufrir. Solo te pido eso, por favor.
Y vaya que la mujer habla en serio, porque incluso sus ojos se cristalizan.
Me aclaro la garganta y dejo mis nervios a un lado.
—Señora Claudia... —me corta otra vez.
—Claudia solamente, querida.
Sonrío.
—Claudia. Le aseguro desde el fondo de mi corazón que su hijo, de mi parte no va a sufrir. Todavía no hemos hablado de sentimientos ni nada parecido, pero le puedo jurar que lo que siento por su hijo es algo puro, sin segundas intenciones. Así que permítame decirle, que no tiene nada de qué preocuparse porque lo último que yo haría en mi vida sería romperle el corazón a Matteo.
—Gracias, Émery.
—¿Le apetece tomar algo? —pregunto, cambiando de tema.
—No, gracias. De hecho, solo quería venir a hablar contigo y luego irme, ya que tengo una cita importante en el hospital con un benefactor. —se levanta del sofá y se acerca para darme un pequeño abrazo—. Nos vemos otro día.
—Adiós, Claudia. —me despido, quedándome en mi sitio viendo cómo se va de rápido como mismo vino.
Supongo que esto es el término de "visita de médico".
Suspiro, negando con la cabeza.
{•••}
—¡FELICIDADES, PERRA! —grita una voz a mi lado.
Me incorporo rápidamente en la cama, con los ojos bien abiertos y preparada para utilizar todo lo que sé de karate.
Pero al ver que es Jade la que acaba de gritar, todas mis defensas se bajan.
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Un Error que volvería a cometer
Ficção Adolescente¿Qué pasaría si de la nada tuvieras que compartir tu nuevo departamento con alguien por un error de una empresa inmobiliaria? ¿Te lo has preguntado? ¿Y si ese "alguien" es un chico? ¿Qué harías? ¿Y si está guapísimo? ¿Y si está buenísimo? ¿Y si tien...