Capítulo 8: Amante

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Al día siguiente, JungKook se despertaba con gran dolor de espalda y de trasero. No recordaba haber hecho algo que le hiciera provocar ese dolor hasta que vio una cabellera castaña entre las sábanas, haciendo que pegara un grito.

—¡OH POR DIOS!

—JungKook ¿Te podrías callar? Quiero seguir durmiendo.

—¿Cómo puedes dormir luego de saber que tuvimos sexo?

—Tú lo pediste, así que a mí no me reclames nada.

—Payaso idiota.

—Infiel. -Dijo para luego volver a taparse con las sábanas y abrazar al menor.

—Tengo que volver con Isabella.

—Me haces sentir como el amante que solo  está por complacer las necesidades sexuales y luego lo dejan mal parado por allí.

—Perdón...

—¿Y si me la vuelves a chupar? Tal vez eso te quite lo preocupado...

Sin protestar, JungKook se arrodilló y volvió a meter ese miembro en su boca. Sin duda alguna sería una larga mañana hasta que...

~Jung-JungKook... Tu teléfono.

El menor se separó del miembro despierto del castaño para tomar su celular, justo como pensó, Isabella.

—¿Sí?

—¿Por qué no llegaste a dormir ayer?

—Tenía que ver alguna cosas y hoy igual así que no me esperes despierta. -Colgó. —Sigamos con lo nuestro...

...

Huening Kai se la paseaba por ese viejo parque de juegos, llevaba flores blancas y una enorme tijera para plantas, sobre su rostro estaba pintando el aquel maquillaje que solía usar hace unos años, ese maquillaje mal colocado que alguien se lo había colocado la primera vez que se presentó frente al público.

Se arrodilló dejando las flores en el suelo y con la enorme tijera comenzó a retirar la vegetación que habitaba en ese lugar. Limpió muy bien aquel lugar y comenzó a adornar con las flores mientras hablaba.

—Hermanita, ¿cómo estás? He vuelto nuevamente a traerte las flores que tanto te gustan.

No recibió respuesta alguna.

—¿Te gusta como está quedando? Me encanta, espero que lo disfrutes. No, no me agradezcas, lo hice de todo corazón.

Siguió hablando a pesar de no recibir respuesta.

—Al parecer te has levantado de muy mal humor, sueles reírte de todo lo que te decía...  -Sonrió tocando la lápida. —Hiyyih, no sabes cuanto te extraño...

Colocó sus manos en la lápida, apretando con fuerza mientras reía con la cabeza apoyada en el suelo, la risa era lo único que podía expresar desde que despertó del coma, ríe para no volver a llorar...

—Huening Kai...

Una voz angélical se hizo presente haciendo que el menor levantara su cabeza en dirección a la voz.

—No sufras así...

El niño de cabellera azul se acercó hasta quedar a la misma altura que el menor, colocando su mano en el hombro ajeno para dar consuelo.

Psycho Circus - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora