3. Un clima nuevo entre tú y yo

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Mi cabeza no deja de darle vueltas al recuerdo de la mirada que estuvo clavada en mí durante algunos segundos, incluso de solo pensarlo mi corazón parece perder el ritmo y late descontrolado. Desocupo mi mente cuando los murmullos de la gente a mi alrededor empiezan a causar molestia en mis oídos. No solo el susurro de las chicas haciendo comentarios románticos sino también algunos chicos que no pueden terminar de descifrar el verdadero sentido detrás de mi distancia con las chicas.

No es normal que un chico rico , inteligente y guapo no aproveche su fama para salir con las chicas que quiera y presumir de ello. No era normal.

Simplemente yo tampoco lo era.

—Hey, disculpa.

Una voz suave hace acto de presencia a mis espaldas, al girar la cabeza me encuentro con dos amigas que se empujan ligeramente entre ellas como muestra de su nerviosismo pero, incluso si las veo directamente a los ojos, no puedo sentir nada más que indiferencia. No doy respuesta y la chica decide continuar hablando.

—No sé si me recuerdas, estuvimos juntos en varias clases el semestre pasado.

—Uhm. —mi respuesta la hace sonreír—. No lo recuerdo.

Cualquier rastro de felicidad abandona su rostro y regreso nuevamente a lo que estaba haciendo antes en mi casillero.

—Mi casillero es este que está a tu lado, ¿No crees que sea una coinciencia? Quizá estábamos destinados a encontrarnos aquí. —mientras más habla más me irrito—. Si quieres, podríamos tomar un café y yo t-

El sonido provocado por el metal del casillero al ser cerrado bruscamente llama la atención de todos en el pasillo, las chicas saltan un poco por la sorpresa y al verme girar hacia ellas, permanecen en silencio.

Señalo el casillero de al lado sin quitarles la vista de encima.

—¿Este es tu casillero? —la chica asiente temerosa—. Tendré que hablar con el director entonces, parece que no fui lo suficientemente claro al decirle que no quería a ninguna chica al lado de mí.

Cruzo por su lado con la intención de irme pero la chica intenta tomar mi brazo, rozando ligeramente mi chaqueta y colmando por completo mi paz. Su amiga la hala y le reprende, solo soy capaz de escuchar cuando su propia compañera le susurra lo que todos aquí están comentando.

"No le agradan las mujeres"

—¡Michael!

Vuelvo en sí cuando escucho la voz de Jay y luego puedo verlos a todos caminando con prisa hacia mí, llevándome con ellos sin prestar atención a la situación.

—¡Oye! ¿Dónde te metiste? Ni siquiera te vi esta mañana. —comenta Eric.

—Es bueno escuchar eso, me esmeré mucho en esconderme.

Diego golpea mi nuca pero todos terminan riendo.

—Hey, vamos a la cafetería. Ni siquiera el año pasado probaste la comida una sola vez. —cuando Jay menciona el lugar al que se dirigen, mis pies frenan de inmediato.

—No. —me niego de inmediato solo al pensar lo repleto que debe estar—. No hay nada que me haga querer entrar allí.

—Yo creo que sí. —Berthie hace notar su presencia con su comentario y luego señala a lo lejos—. Aquí está el motivo por el que casi vamos a la cárcel.

Al ver la dirección a la que señala, mi pulso vuelve a acelerarse y mi piel escorza sin motivo alguno, incluso siento el sol directo en mi rostro.

—¿Es ella? Oh wow. —Eric parece no creerlo.

Quizá, el próximo octubreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora