¿Qué podría pasar en casi dos meses?
Antes, quizá habría pensado que no sería tiempo suficiente para experimentar cambios significativos, pero hoy cuando logro resumirlo, creo que las cosas son un poco distintas.
Eller pudo entrar a la universidad gracias a nuestro plan, querer mantenerme alejado de ella logró que me convirtiera en su tutor y por último... que un sentimiento de afecto se desarrollara entre ambos.
Sí, cosa buenas han pasado con mucha rapidez y quizá es por eso que cada cierto tiempo a mi mente llega la idea de que debo hablar con ella lo antes posible y confesar lo que hicimos. Intento encontrar el momento indicado pero siempre ocurre algo, así que cuando Berthie mantiene su mirada en mí haciéndome saber que no debo esperar más, solo puedo mirar a sus ojos con pena y rogar tener más tiempo.
Luego de haber enviado un mensaje a Eller para vernos en la cafetería, pienso invitarla a salir esa tarde y quizá, si se da la oportunidad, pueda ser sincero con ella. Cuando me hago paso dentro de la cafetería, muchas miradas caen sobre mí y murmuran, posiblemente de cosas que ya he escuchado. Voy en busca de una bandeja y la lleno de alimentos que no comería, pero alguien más sí.
Me detengo un momento para encontrar a Eller y no puedo evitar resoplar al ver que Diego y Olivia también se encuentran con ella.
¿Acaso tendré un momento a solas con mi novia en esta universidad? Con los amigos que tengo, lo dudo.
Camino hasta ellos y la actitud de Diego y Olivia me deja saber que Eller los acusa de algo.
—¡¿Quién está ocultando algo?! ¡Yo no!
El grito de Olivia es lo primero que escucho al llegar y decido interrumpir su momento de diversión como Diego siempre interrumpe los míos.
—¿Qué es tan gracioso?
Los tres guardan silencio y me miran, puedo notar cómo Eller intenta disimular la sonrisa que aparece en su rostro pero me limito a mantener un semblante serio para no llamar la atención de otros.
En realidad, es lo único que puedo hacer para ocultar mi nerviosismo.
—¿Vas a comer con nosotros? —la pregunta de Diego me hace mirarlo con rabia. Sí, pretendía comer con mi novia—. ¿No tienes clases ahora?
No puede hundirme más. Luego de que dejara al descubierto mi intensión de faltar a clases para comer con Eller, veo a todas las direcciones para asegurarme de que nadie esté mirando. Me agacho discretamente y coloco la bandeja frente a ella, mi rostro tan cerca que ni siquiera debe moverse para descubrir la sonrisa que le ofrezco únicamente a su persona.
—Come. Te veré en el estacionamiento a las 6.
Me elevo nuevamente y elimino cualquier expresión de mi rostro fingiendo que no ha pasado nada. Olivia y Diego parecen disfrutar de la escena y actúan como si se tratara de una serie de televisión.
—¿A dónde iremos? —Eller pregunta.
Suspiro, observo a los chicos e intento encontrar la valentía necesaria para la respuesta que voy a dar.
—Tú y yo... tendremos una cita.
***
El móvil se encuentra frente a mis ojos mientras leo cada una de las recomendaciones dadas en este sitios web para tener una cita inolvidable.
—Lo de ir a cenar suena bien.
—Uhm, yo... ¡Mierda! ¡¿Qué hacen aquí?!
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Quizá, el próximo octubre
RomanceMichael Stewart no solo destacó por su inteligencia, belleza y su posición en la sociedad al ser hijo del abogado penal más famoso de la ciudad, sino también por el rumor de que este... tiene un miedo irracional hacia las mujeres que no le permite s...