Los colores son variados y las hojas se lucen de un verde intenso que las destaca sobre el cielo azul. El viento no es tan fuerte como para causar estragos pero mueve con ligereza las ramas de los árboles logrando que el crujir de la madera y el canto de la aves se mezclen en una suave melodía.
No sé cuántos minutos llevo despierto mirando a través de la ventana mientras sonrío abiertamente. Estando en casa de mi padre, es la primera vez que admirar el clima desde la cama no me trae malos recuerdos.
Solo pensar en ella mientras las estaciones cambian es suficiente para mí ahora.
Cuando al fin decido salir de la cama, me dirijo de inmediato al baño y termino de arreglarme para bajar a desayunar.
Mis pasos resuenan ligeramente sobre el suelo y cuando escucho ruidos en el comedor, me sorprendo de que mi padre aún siga aquí. Parece preocupado por algo mientras mueve los cubiertos sobre el plato pero nunca toca ningún alimento. Al darse cuenta de que estoy aquí, finge recuperar la compostura.
—Michael, estás despierto.
—¿No tienes trabajo hoy? —pregunto mientras tomo asiento frente a él—. Pensaba que ya te habías ido.
Tomo los cubiertos y mi estómago gruñe desde que percibe el olor de la comida. Un solo intento para llevar un trozo de huevo a mi boca es suficiente para que mi padre decida hablar.
—Michael, ¿Hay algo de lo que quieras hablarme?
Lo veo con curiosidad y niego.
—¿De qué debería querer hablar?
Pienso un poco y descarto que se trate sobre aquella mujer, pues la razón por la que estoy aquí es que ayer decidí venir a disculparme con él luego de acompañar a Eller, y al final me quedé a dormir.
Papá parece intentar encontrar las palabras adecuadas.
—No quiero que pienses que me estoy metiendo mucho en tu vida pero, estuve hablando un poco con tu psicóloga y mencionó que has estado yendo últimamente con mucha frecuencia. —mi rostro enrojece— ¿Hay algo que no me hayas dicho?
Me pongo nervioso mientras pienso en qué responder. Al ver la preocupación de mi padre creo que debería evitar mentir y ser sincero al respecto.
—Yo... —trago con dificultad—. Creo que me gusta alguien.
Esto último lo digo tan bajo que parece no escuchar.
—¿Qué dijiste?
Toso con falsedad mientras lo digo de nuevo.
—Creo que me gusta alguien.
—¿Eh?
—¡ME GUSTA ALGUIEN!
Cierro la boca al darme cuenta que no solo dije más de lo que debía sino que también me puse de pie y el trozo de huevo que iba a comer ahora está destruido entre mis dedos. Mi padre me ve con la boca abierta y el cubierto entre sus dedos se resbala.
Vuelvo a toser con incomodidad y luego de poner los restos de huevo sobre el plato, le sonrío con nerviosismo.
—Me iré ahora a la universidad.
Aprovecho su trance para salir corriendo de casa y evitar dar más explicaciones.
***
Mis amigos me reciben a la entrada del edificio y todos entramos juntos mientras hablamos de cualquier cosa que nos ayude a ponernos al día.
Cuando todos giran hacia la izquierda con la intención de ir a un mismo lugar, me veo en la obligación de detenerme logrando llamar su atención.
—Yo... tengo algo que hacer.
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Quizá, el próximo octubre
RomanceMichael Stewart no solo destacó por su inteligencia, belleza y su posición en la sociedad al ser hijo del abogado penal más famoso de la ciudad, sino también por el rumor de que este... tiene un miedo irracional hacia las mujeres que no le permite s...