Quizá, el próximo octubre

2. Cuando las hojas caigan, verás el cielo con más claridad

—¡¿Ah?!

Cubro mi oído de inmediato evitando ser molestado por el reciente grito que han echado mis amigos al cielo. Me siento un poco intimidado al ser el único que está sentado mientras todos ellos me rodean.

—Definitivamente es un no, Michael. —Diego es el primero en hablar—. Eso es ilegal.

Jay golpea su nuca con fuerza y Diego grita de dolor.

—¿Qué te pasa? —le reprocha—. ¿Es la primera vez que quiere hacer algo contra la ley y te pones a sermonearlo? ¡Deberías estar feliz de que quiera hacer algo ilegal por primera vez!

—No le hagas caso a este viejo, pide lo que quieras. —Eric habla.

—¡Puede ir preso! —Diego explica.

—¡¿Y qué?! Michael, haz lo que quieras, te visitaré a la cárcel si tengo que hacerlo, ¡Jay también irá!

—Yo no iré. —todos observamos a Berthie mientras interrumpe el discurso de Eric— No me gustan los lugares tan pequeños.

—Tú... —Eric trata de refutar, pero decide no hacerlo— Él también irá Michael, no te preocupes.

Diego es el único que parece dudar sobre lo que le he comentado y se aleja de nosotros, caminando hacia la ventana.

—Oye, ¿Enserio harás esto? —Jay le cuestiona— No se trata de que sea algo legal o no, es nuestro amigo pidiendo por primera vez un favor, ¡Un favor que tiene que ver con una chica!

—Siendo sincero, no me agrada mucho la idea de ir contra las normas, quizá tú no lo viste salir de casa todos los días para ir a la biblioteca o tomar la decisión de asistir a la universidad. —Berthie comenta— Pero si la razón por la que hace todo esto es estando motivado por ella, después de lo que le ha hecho este mundo, no voy a negarle mi ayuda para que siga avanzando.

Me mantengo en silencio todo el rato, no solo por ser la primera vez que me atrevo a pedir un favor, sino por la innegable afirmación de algún sentimiento de aceptación hacia aquella chica por encima de otras mujeres. Quizá lo único que me mantiene firme en mi decisión es la distancia que se mantiene entre nosotros pero, si se llegara a acortar algún día, ¿Vería todo de igual forma incluso luego de que las hojas caigan?

Volviendo de mi trance, todos nos giramos hacia Diego cuando este golpea ligeramente la pared y luego camina hacia mí, agarrando el cuello de mi camisa y tirando de ella. Los chicos se asustan un poco pero permanecen a lo lejos, sin intervenir.

—Tú, pequeño diablillo. —susurra con una expresión terrorífica que luego transforma en una cara de gracia—. ¡¿No pudiste vivir tu etapa rebelde al mismo tiempo que todos?!

Alejo su mano de mi camisa y todos ríen al mismo tiempo que Diego desacomoda mi cabello a modo de burla y luego se sienta sobre el escritorio, quedando frente a mí.

—A ver, ¿Qué quieres que hagamos? —pregunta— No creo que a mi papá le agrade la idea de ir a pagar una fianza pero puedo culpar a Eric de todo.

—¡Oye! ¡¿Yo por qué?! —Eric se queja.

—Realmente tengo un plan. —comento.

—¿Estás seguro de que podrás hacerlo? —Jay cuestiona.

—Uhm, lo más probable es que le desagrade después de que se entere sobre esto, pero no creo que nos afecte. Ni siquiera hemos hablado antes y posiblemente no lo hagamos nunca.

***

Diego cuelga la llamada y camina hacia nosotros.

—Casi me orino encima. —dice—. Ya hablé con papá, le dije que le diría al director que tú irías en mi lugar a pasar las calificaciones porque Jay estaba mal del estómago y no ha salido del baño.