Mis pies me traicionan y las risas empiezan a escucharse dentro de mi mente mientras las voces femeninas se burlan de mi situación. Incluso ahora que sonríe, siento que no superé nada y solo lo estuve reprimiendo.
Me siento nervioso cuando sus viles ojos recorren mi cuerpo sin emoción para luego terminar unidos a una expresión de asco y una sonrisa sin gracia.
—Mírate, has crecido tanto que ahora eres idéntico a tu padre... eso solo me hace sentir aún más molesta. —ríe—. Es una pena, si te hubieras parecido tan solo un poco a mí, quizá lo hubiese considerado.
—¿Qué hace aquí? —escupo.
—¿Estás sorprendido? Oh, me imagino que no pensabas cruzarte conmigo a menos que fuera en un manicomio. Pude ver a tu padre tan ocupado con el caso, ¿Qué clase de hijo eres para no darle una mano? La última vez que lo vi, dormía en el sillón de su oficina.
La molestia en mi incrementa al escuchar cómo confirma habernos estado siguiendo, pero lo que menciona de mi padre me hace dar algunos pasos hacia ella con prisa, aunque mis pies se detienen cuando la distancia se vuelve demasiado corta como para sentirme protegido. Cuando ella ve mis pies frenar, ríe tan fuerte que mis vellos se erizan, trayendo a mi mente recuerdos del pasado.
Aguantando las ganas de dar un paso atrás, me obligo a mirarla fijamente a los ojos y reír, logrando confundirla.
—Es bueno ver que disfrutes tus últimos días en libertad, no creo que en prisión te vayas a reír tanto.
Me doy la vuelta con la intención de largarme, pero su indeseable voz me detiene.
—Parece que el tema de tu padre ya no funciona, entonces... ¿Debería hablar sobre Eller?
Me giro con prisa hacia ella al escuchar ese nombre, no puedo ocultar mi pánico cuando deja ver hacia mí un montón de fotos de ella en diferentes situaciones, de nosotros juntos e incluso... de Eller entrando a su casa. Mi ceño se frunce y amenazo, con miedo:
—¡No te atrevas a t-
—¡¿Qué vas a hacer?! —grita, interrumpiendome—. Tú, sinceramente, ¿Crees que harás algo?
Las fotos son echadas al suelo mojado frente a mí mientras ríe, para luego continuar:
—Nunca fuiste capaz de hacer nada bien por ti mismo, ¿Cómo serías capaz de hacerlo con alguien más?
Sus palabras, como siempre, son capaces de entrar en mí como balas y eso le da la satisfacción suficiente como para marcharse y dejarme en medio de la llovizna pensando seriamente en lo que acaba de decir.
***
—¡¿Ah?! —los chicos exclaman.
Agradezco a Diego la ropa seca que me ha prestado y también el hecho de que todos hayan venido de inmediato una vez dije que había sucedido algo.
—¿Vas a decirle a tu padre? ¡Él podría encargarse de ella, incluso de cuidar a Eller! —Jay propone, pero niego de inmediato.
—No puedo decirle, ¿Acaso lo han visto? —cuestiono—. No ha dormido nada porque además de prepararse para el juicio, también tuvo que cuidar de mí durante estos días.
—¿Por qué... no hablas con Eller? —Eric sugiere.
—Después de lo que hice, sería un atrevimiento agregar otra carga a su conciencia.
—¿Entonces qué planeas hacer? —pregunta Berthie.
Suspiro con preocupación antes de mirarlos.
—Yo me encargaré de mi padre, mientras tanto, ustedes... ¿Podrían ayudarme a cuidar de Eller?
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Quizá, el próximo octubre
RomanceMichael Stewart no solo destacó por su inteligencia, belleza y su posición en la sociedad al ser hijo del abogado penal más famoso de la ciudad, sino también por el rumor de que este... tiene un miedo irracional hacia las mujeres que no le permite s...