-Lamento que no hayas podido ir al tour por mi culpa... soy un problema.
-N-No es tu culpa, mis amigas también me han regañado por esto... pero... ¿no crees que diez gatos son demasiados? Ahora en total hay veintidós gatos.
-Lo sé... esto se nos salió de las manos -el chico rubio bajó la mirada antes de seguir hablando. -Pero no quiero dejarlos solos...
-Yo tampoco, pero sin duda no podemos seguir así. Consumen mucha comida, tenemos que limpiarlos y cuidarlos, y tarde o temprano mi abuela dejará de confundir a los gatos con otros. Ella cree que son solo cinco y eso le ha dado problemas.
-¿Problemas? -preguntó Boomer mientras miraba preocupado a Miyako, pensando en algo malo-. ¿Lastimaron a la abuelita?
-Mm... verás.
°°°
-Meow. -Un pequeño gato negro se acercó y puso su pata en la pierna de la señora, que se encontraba acostada en el sofá viendo su canal favorito en la TV: ¡Besos, guerra y cocina! Un canal dónde parejas casadas luchaban preparando recetas contra parejas más jóvenes.
-¿Qué pasa, Mini? Creí haberte alimentado hace media hora -dijo la señora mientras acariciaba la cabeza del gato con cariño.
-Meoh... -El gato parecía confundido, ladeó un poco la cabeza y luego lamió la mano de la anciana.
-Tch... pequeño comelón, bien, vamos, te daré un poco más de comida.
La anciana se levantó y caminó a la cocina, por cierto, qué lugar impecable. Abrió las alacenas y tomó una lata de comida para gatos. Luego de abrirla y ponerla en el plato para mascotas, la anciana iba a regresar a la sala cuando otro pequeño apareció y tocó su pierna.
-Meow -saludó alegre el gato naranja con múltiples rayas amarillas.
-¿Sandía? ¿Qué haces aquí, pequeño glotón? Ya te di de comer hace poco. ¿O no? Por cierto... ¿te ves un poco extraño? Parece que has bajado de peso. Pobre Sandía, parece que tienes que comer un poco más.
°°°
-Y bueno, tengo que limpiar todo el pelo que sueltan y es muy agotador. Creo que debemos encontrar un hogar para ellos -dijo Miyako mientras señalaba la tienda frente a ellos. -Y tengo una idea.
-¿Una idea?
~~~
Saltadilla es un lugar interesante, donde suelen suceder acontecimientos
realmente curiosos. Parecía que hoy era uno de esos días. Dos jóvenes, entre ellos un aparente ex-villano, se encontraban disfrazados de gatos y sostenían carteles que decían "Adopta a un amigo", junto a ellos tenían fotos de varios gatos.-¿Crees que funcionará? -dijo ella mientras entregaba una foto.
-E... eso espero... uh... -dijo el pobre Boomer, que tenía las mejillas rojas de la vergüenza, pero estaba decidido a ser útil en esta misión de "Hogar seguro" para todos sus amigos peludos.
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Bueno... al menos ese rubio no parece ser una amenaza. Kaoru decidió dejar este asunto como algo sin importancia y estaba por volver a su juego cuando de repente recordó algo y sonrió antes de escribirle a su amiga un último mensaje.
-Por cierto, no olvides tu cita del viernes con el acompañante "misterioso".
Momoko leyó el mensaje y sonrió. -Por supuesto. -Ella creía que sería increíble, empezaba a pensar que su pareja de la cita sería un hombre guapo y encantador y se sentía muy feliz con eso. Kaoru se reía al imaginarse la cara de su amiga ese día y lo enojada que estaría con ella cuando se diera cuenta de lo que había planeado.
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Chantaje ButchxBellota (ppgz)
FanfictionEn una de sus habituales batallas contra el crimen en Saltadilla, una de las heroínas es descubierta por un astuto enemigo. Lo peor es que él también se entera de un secreto con el que puede chantajearla. ¿Podrá la heroína liberarse de esta peligros...