veintisiete

352 31 15
                                    

SIN EDITAR.


Despertaron a las doce del día siguiente, a tiempo para ponerse a cocinar y llenar el estómago, que rugía como un león por la ausencia de una buena cena la noche anterior.

Hacía apenas unas horas que Louis se había dormido con la cabeza en el pecho de Harry, pero al abrir los ojos se encontró a Harry acurrucado en su pecho y no al revés. Lo despertó con caricias en el pelo y besitos en el rostro. Dejando de lado todo lo ocurrido la noche anterior, esa fue una de las mejores mañanas que vivió Louis; sus piernas enredadas con las de Harry, sus olores entremezclados, el ritmo de sus corazones latiendo al unísono, tan pegados que se respiraban el uno al otro.

Tardaron un rato en desperezarse. Pasaron veinte minutos en la cama, mirándose, riendo, besándose y haciéndose cosquillas. A mitad del trayecto hasta la cocina, Louis, que andaba detrás de Harry, (ambos en bóxers), lo agarró de las caderas, lo obligó a voltearse y lo pegó contra la pared para besarlo con fervor.

―¿Cómo podré agradecerte todo lo que has hecho? ―preguntó susurrando a pesar de que Niall había abandonado el apartamento horas antes sin siquiera reparar en que había un inquilino de más.

Harry se rascó la barbilla, pensativo.

―Mmm, Podrías empezar preparándome el desayuno.

Louis arrugó la frente y luego le pegó en el pecho. Se echaron a reír. Compartieron un copioso desayuno preparado por Louis –o más bien dicho comida, ya que era muy tarde-. Louis quería hacer feliz a su chico. Se ducharon por turnos y se vistieron. Cerca de una hora después, Louis salió del baño sin camiseta, con el pelo húmedo y el pecho y los hombros llenos de gotitas de agua.

―Quiero volver a Tonbridge―anunció, revolviéndose los mechones castaños. Harry acabó de abrocharse la camisa y le echó una mirada.

―¿Al bosque?

―A ver a Kenya.

―¿Por qué?

―Quiero asegurarme de que está bien. ―respondió.

En ningún momento consideró la opción de mentirle a Harry. A pesar de que le había dicho que lo ocurrido la noche anterior no fue más que fruto de las alucinaciones provocadas por el alcohol ingerido, Louis seguiría siendo sincero con Harry sin importar si eso le llevaba a pensar que estaba loco. Prefería eso a hacer crecer su relación a base de secretos y conversaciones esquivas.

―¿Sigues pensando que estuvo en el bar anoche?

―Tengo mis dudas. Sólo quiero asegurarme.

Harry se encogió de hombros, sin querer ir más a fondo en el tema ni dar paso a una discusión innecesaria.

―No tengo nada que hacer. Estoy a tu completa disposición.

Louis sacó una camiseta negra del armario y se la puso. Cogió su móvil de la mesita junto a la cama y le tendió las llaves del coche a Harry.

―¿Quieres conducir?

⚓ ⚓ ⚓

―No entiendo por qué os desplazáis tanto de un lugar a otro―inquirió Heidy―. Si hubiese sabido que volveríais hoy podríamos haber preparado las habitaciones para que pasarais la noche aquí―dobló la última camisa de Kenya y la colocó sobre el montón de ropa a su derecha.

―Luna y Skylar tenían que volver a casa y Harry tiene todas sus cosas en su hotel―mintió Louis.

―Hmm. ¿Os apetece tomar algo?

Mariposas Perdidas | Louis & HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora