83.

370 58 18
                                    

Que yo cambiara no significa que tengan que cambiar conmigo. Por favor, por favor, no me vean diferente. Aún soy la misma persona de antes, sólo con algunos cambios. Mejores cambios. Pero no los suficientes para que me miren o traten diferente, así que, por favor, dejen de mirarme así.

—Estoy feliz por ti, Hanbin —Jiwoong es el primero en hablar. Su tono es suave, juguetón, pero al mismo tiempo serio—. Puedo imaginar lo difícil que es para ti decirlo, o al menos, lo difícil que fue para ti cuando te diste cuenta.

Sonrío ligeramente y mi labio deja de temblar un poco, aunque mis manos siguen sudando y mi corazón late tan fuerte que siento los latidos en la punta de los dedos.

—Lamento no... —ríe y niega con la cabeza, como si le diera vergüenza hablar—. Sonará estúpido, tal vez. Pero lamento no haber estado contigo todo este tiempo. Llegué a suponer sobre tú y Hao, pero me pareció algo... Absurdo —mira al suelo—. Ahora sólo me alegra saber que lo dices y no parece que te avergüence; y no es como si tuvieras que hacerlo, no es lo que quiero decir —sonríe un poco y vuelve a mirarme.

—Hablaste con Zhang Hao hace unos días, ¿están bien? —es lo primero que dice Matthew, provocando que yo borre un poco mi sonrisa.

—Él está lejos. Tiene una nueva vida y yo... Bueno —rió un poco—. No puedo aferrarme a él... Él mismo lo dijo, no tiene sentido.

—Pero...

—Hao hizo mucho en mí —aprieto los labios—. Pero no quiero seguir hablando de él, ¿bien? Después de todo sigo intentando entender como me siento y que necesito —veo el reloj y rasco mi nuca—. Esto no afecta nuestra amistad... ¿Verdad?

Ambos se miran entre sí y luego ríen algo fuerte. Me hacen sentir más inseguro y mal, pero me relajo y relamo mis labios cuando los veo negar a ambos.

—Hanbin, que te gusten las chicas o chicas no cambiará nada —comienza Jiwoong—. Es lo que siempre queríamos que vieras en Matthew... O en cualquiera. Y si no pudiste entenderlo así, podrás hacerlo ahora que lo vives tú.

—Pero tendrás que soportar muchas bromas y comentarios acerca de esto —dice Matthew, señalándome y riendo un poco más—. Te lo mereces.

Rió y me contengo de poner los ojos en blanco. Luego Matthew se pone una mano en el pecho y aprieta los labios, mirándome con felicidad exagerada.

—Ay, ven aquí y abrázame —me dice, levantándose y abriendo los brazos.

Tartamudeo un poco, pero al final me levanto mientras rió un poco y abrazo a Matt, aunque él prácticamente me levanta del suelo por abrazarme tan fuerte.

"Estoy orgulloso" Dice Jiwoong, movimiento los labios pero sin hablar y yo rió un poco para después poner los ojos en blanco.

"Gracias, papá" Respondo de la misma manera después de darle unas palmadas en la espalda a Matthew.

Alguien toca la puerta, sobresaltándonos un poco, así que intento separarme de Matthew, pero él no me suelta y camina conmigo hasta la puerta.

—Con que sea el director y nos vea así, te mato —advierto cuando escucho que va a abrir la puerta.

Me separo de él en el último segundo y veo a uno de los profesores de la escuela afuera de la oficina. No recuerdo su nombre, según recuerdo es el maestro de español, es algo gordo, siempre lleva una sudadera de béisbol y un termo con lo que todos fingimos es café.

—¿Qué necesita? —pregunto, regresando a mi papel de maestro amargado como el resto.

—El director necesita que vaya a su oficina cuando termine las clases —contesta, viendo de pies a cabeza a Matthew—. Y él es...

—¿Importa? —pregunto instantáneamente a la defensiva.

—Sabe que no puede traer a cualquiera a su oficina, ¿verdad? ¿Qué pensarán los estudiantes si lo viera con alguien como... él? —señala a Matt y bebe de su termo.

—¿Y qué pensarán sus estudiantes si usted llega con la nariz rota a su clase? —pregunta Jiwoong antes de que yo pueda hablar, parándose enfrente de Matthew.

—Ni siquiera podría llegar a su clase si el director se entera de lo que bebe en la escuela —señalo su termo y él niega con desinterés.

—¿Están amenazándome?

—Te estoy advirtiendo que no te metas con mis amigos. Y si es todo lo que tenías por decir, lárgate —digo, apretando la mandíbula y viéndolo mirar mal a Matthew y Jiwoong por última vez para luego girarse e irse.

—Ay, amo al nuevo Hanbin —expresa Matthew mientras vuelve a abrazarme y Jiwoong ríe.

Cierro la puerta y Jiwoong quita a Matthew para abrazarme él. Sonrío estúpidamente y lo abrazo con fuerza.

—Tenemos que irnos —dice Matthew cuando nos separamos—. Y tú tienes que ir a dar una clase, ¿no?

Miro el reloj y veo que sólo faltan veinte minutos para mi clase. No puedo creer cuanto tardé en decírselos, pero tampoco puedo creer cuán feliz me siento ahora.

—Daremos una pequeña presentación en The Basement el próximo fin de semana —comenta Matt y al momento los miro completamente sorprendido.

—Deberías venir —termina Jiwoong.

(...)

Las clases comienzan a ser más estrictas de lo que eran antes. Pero al mismo tiempo todos comienzan a mejorar. El director me comentó hace unos días que posiblemente habría un partido de caridad con una escuela cercana para niños huérfanos. Casi no escuché nada después de eso, pero si el partido se confirma, no dudo mucho que ganáremos.

Camino con mi maleta en el hombro, me he puesto ropa limpia después de hacer ejercicio y bañarme, pero sólo son unos shorts negros y una camisa holgada blanca, ya que planeo continuar practicando cuando llegue a casa.

Cruzo toda la cancha y abro la puerta de metal gris para caminar por el pasillo casi vacío, pues se suponía que las clases normales habían acabado hace dos horas.

Pero el director está en medio del pasillo. Caminando hacia el gimnasio.

Con Zhang Hao a su lado.

gym ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora