47.

408 61 22
                                    

—Verás a Matt y Jiwoong muy seguido, nos veremos en su casa, aunque no querramos y estoy harto de que cuando salgamos a un parque Jiwoong lleve a su novia para que nadie se siente solo. Podrías acompañar a Matthew a la tienda de peluches mientras Jiwoong y yo vamos por una cerveza —ofrezco y sonrío un poquito.

Tengo que hacerlo por mis amigos, Jiwoong tiene razón. No puedo seguir hiriendo a Matthew de la misma manera, no puedo. Tal vez debería regresar a ese estúpido psicólogo... ¿Hay sesiones para superar la homofobia? Suena estúpido.

—Hanbin... ¿Puedo? —pregunta y ve hacia mi mejilla, pero no entiendo.

Toco mi mejilla y Zhang Hao ríe un poquito para quitar mi mano y acercarse a darme un besito sobre la pequeña cortadita que ahora tiene costra.

Nuestro contacto aún me pone tenso, siento que me hará algo malo o que tiene otras intenciones, recuerdo lo que pasó en mi oficina y el sólo hecho de recordarlo me pone molesto, asqueado y más tenso. Pero luego veo a Zhang Hao acercarse a mí, con las mejillas rojas y su labio inferior atrapado entre sus dientes y siento que no podría hacerme algo malo.

En realidad, al verlo ahora, sólo veo a un envase bonito lleno de mierda. Y me refiero a su vida, porque su vida es una mierda y sé que nadie, (incluyendo a Jiwoong y Matthew) podrían negarmelo.

—¿Fue cálido para ambos ahora? —pregunta cuando se separa.

—Sí —admito—. S-Sólo no lo hagas en lugares públicos —hablo asegurándome de que no haya nadie más en el lugar—. Y-Y no tienes porque hacerlo sin necesidad, sólo digo.

—Está bien, entrena... Hanbin —se corrige—. ¿Y cuándo si puedo? —pregunta nuevamente y yo quiero golpearme la cara.

—Zhang Hao, ahora somos amigos... Supongo. Pero me refiero a que no es necesario dar un beso a menos que te sientas/estés mal o algo parecido.

—De acuerdo —asiente con la cabeza.

Me siento mal, confundido. Literalmente estoy poniendo normas para decir cuándo puede o no darme un besito, uno de amigos. Tengo que recordarme la palabra, porque de otra manera la idea suena enferma.

—Hikaru me invitó a comer y el receso empezará pronto. Te veo mañana, Hanbin —sonríe y toma sus cosas para levantarse y caminar hacia la puerta.

—Oye, Zhang Hao... —lo siento, es como un niño. Siempre me ha gustado cuidar de ellos, son tiernos e inocentes—. ¿Cómo te sentiste cuando tu papá te hizo eso? —cuestiono señalando su mejilla mientras me acerco a él.

—Genial, Hanbin. Es de las experiencias que más me gustan —me mira con sarcasmo, pero sonríe como burla.

En cuanto llego a él, no me detengo. Tomo su quijada como la vez pasada y dejo un pequeño besito sobre el moretón, intentando no lastimarlo. Es un besito rápido, superficial. Pero con esperanza de hacerlo sentir mejor.

La idea de que yo hubiera tenido una familia como la de él me aturde, me da escalofríos y simplemente no puedo imaginarlo. No soy una persona paciente y lo más probable es que también hubiera intentado huir de casa. Aunque yo con éxito.

—Lo decía por eso. Lo siento si te castigaron por mi culpa —me disculpo—. ¿Cómo se dio cuenta?

—Cuando llegué estaba dormido, y hoy en la mañana también, pero... —niega y agacha la cabeza—. Se despertó y bueno...

—¿S-Sólo se despertó?

—No importa. Tengo que irme —se da la vuelta y camina a la puerta, pero lo detengo, poniendo un brazo entre su cuerpo y la puerta.

—Dime que pasó —exijo saber. Me deberás una, Jiwoong.

—¿Por qué de un día a otro parece tan preocupado por mi vida? —pregunta y ese viejo sentimiento de golpearlo regresa, sólo un poco.

¿Por qué, estúpido? Porque Jiwoong me pidió todo el día de ayer que investigara sobre qué pasa en tu casa. Porque él y Matthew te quieren a salvo. Porque sólo eres un niño, y nunca sentimos tanta lastima por la vida de alguien por como lo hicimos por ti.

—Ahora somos amigos, si quieres puedes contarme que tienes... Matthew lo hace conmigo... Mucho... Muy seguido... Dios, ese hombre no tiene botón de apagado —me quejo, suelto un suspiro y sonrió con tal de que Zhang Hao lo haga también.

No lo hace.

—No es necesaria tu lastima, Hanbin —sonríe pero con disgusto—. Es una mañana común en mi vida, no tienen que preocuparse.

—¿Quiénes? —pregunto nervioso.

—Usted, Jiwoong y Matt. El otro día te escuché, cuando hablabas con ellos. N-No era por estar de chismoso. Pero se escuchaba todo hasta abajo.

Se que mis mejillas enrojecen, sólo me ha escuchado a mí ya que tenía los audífonos. Pero mencioné el nombre de los chicos varias veces.

En mi mente repaso toda la conversación y cuando lo hago, recuerdo esos comentarios sobre el abogado, sobre su padre. Siento que estoy invadiendo su privacidad, que no debería meterme más en sus problemas porque será peor.

—Eres un niño. Todos nosotros tuvimos una buena infancia, no creemos que tú no la merezcas —comento con honestidad.

—¿Infancia? C-creo que es un poco tarde para eso. Pero en serio, está bien. Estoy bien —ambos sabemos que miente.

A pesar de todo, sólo trago saliva, no sé qué decir. Así que sale por la puerta y no lo detengo esta vez.

gym ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora