El Último Adiós

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La batalla había sido feroz, una de las más intensas que Konoha había enfrentado en años. Las fuerzas aliadas de la aldea habían luchado con valentía contra un enemigo implacable. En medio del caos, Kakashi Hatake había liderado a su equipo con la destreza y el coraje que siempre lo habían caracterizado. Sin embargo, no todos los héroes sobreviven a sus historias.

Sakura corría por el campo de batalla, su corazón latiendo frenéticamente mientras buscaba a Kakashi. Había oído rumores de que él había sido gravemente herido, y la mera posibilidad la llenaba de un terror indescriptible. Finalmente, lo vio, tendido en el suelo entre los escombros, su cuerpo inerte y cubierto de sangre.

—¡Kakashi! —gritó, su voz quebrándose mientras se arrodillaba a su lado.

Lo tomó en sus brazos, su pecho subiendo y bajando con dificultad. Su ojo visible estaba entrecerrado y su respiración era débil.

—Sakura... —murmuró, su voz apenas un susurro.

—No hables, Kakashi. Te voy a sanar. Estarás bien —dijo, tratando de mantener la calma mientras canalizaba su chakra curativo.

Pero incluso mientras lo hacía, podía sentir que sus heridas eran demasiado graves. Kakashi levantó una mano temblorosa y la puso sobre la de ella.

—Sakura, no... no hay tiempo. Necesitas escucharme.

Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Sakura mientras trataba de detener el flujo de sangre con su chakra. Sabía que él tenía razón, pero no podía aceptar la realidad.

—No, Kakashi. No te vayas. Por favor, no me dejes —sollozó, su voz llena de desesperación.

Él la miró con una expresión de profunda tristeza y amor.

—Siempre has sido fuerte, Sakura. Estoy... tan orgulloso de ti. Lamento... no poder estar contigo más tiempo.

—Kakashi, por favor... —su voz se quebró, incapaz de continuar.

Él sonrió débilmente, con la mirada fija en ella.

—Te... amo, Sakura. Siempre te amaré.

Con esas palabras, la luz en sus ojos se apagó, y su cuerpo quedó inmóvil en los brazos de Sakura. Ella dejó escapar un grito desgarrador, abrazándolo con fuerza mientras las lágrimas caían libremente.

El campo de batalla se volvió silencioso a su alrededor, como si el mundo entero compartiera su dolor. Los compañeros de equipo y amigos que habían luchado a su lado sintieron la pérdida, una herida profunda en el corazón de Konoha.

Los días siguientes fueron un borrón de dolor y tristeza. La aldea se unió para honrar a Kakashi, un héroe que había dado su vida para protegerlos. Sakura, con el corazón roto, encontró fuerzas en los recuerdos de su amor y en las promesas que se habían hecho.

En una ceremonia solemne, Sakura se acercó al monumento donde el nombre de Kakashi había sido grabado junto a los de otros héroes caídos. Colocó una flor en la base, sus dedos rozando suavemente las letras.

—Te prometo que seguiré adelante, Kakashi. Que viviré mi vida con la misma valentía y dedicación que tú me enseñaste. Nunca te olvidaré.

Bajo el cielo azul de Konoha, Sakura se levantó, con el corazón lleno de dolor pero también de una determinación renovada. La vida continuaría, y aunque Kakashi no estaba físicamente a su lado, su amor y su espíritu seguirían viviendo en ella, guiándola en cada paso del camino.

Kakasaku One Shots IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora