Planes de un Casamentero

12 3 0
                                    


El sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas, tiñendo el cielo de Konoha con tonos anaranjados y rosados. En el cuartel de los ANBU, el ambiente era tranquilo, solo interrumpido por el suave susurro de las conversaciones y el ocasional sonido del equipo siendo guardado.

Genma Shiranui, siempre el observador, notó algo peculiar en los últimos meses. Kakashi Hatake, su compañero de equipo y amigo de muchos años, parecía más distraído y absorto en sus pensamientos de lo habitual. Después de un tiempo, Genma llegó a la conclusión de que su amigo necesitaba un pequeño empujón en la dirección correcta. La dirección de Sakura Haruno.

Sakura había crecido y se había convertido en una kunoichi formidable, tanto en habilidades médicas como en combate. Pero más allá de sus logros, había una chispa en su interacción con Kakashi que no pasó desapercibida para el astuto Genma.

Una tarde, mientras estaban en el campo de entrenamiento, Genma decidió poner en marcha su plan.

—Oye, Kakashi —dijo con tono casual mientras lanzaba un kunai contra un objetivo—. ¿Has notado lo impresionante que es Sakura últimamente? Quiero decir, realmente ha mejorado en todo.

Kakashi, que estaba apoyado contra un árbol leyendo su preciado libro, levantó la vista ligeramente.

—Sí, es una kunoichi muy talentosa —respondió, sin apartar mucho la atención de su lectura.

Genma rodó los ojos.

—Vamos, Kakashi. Sabes a lo que me refiero. Además, escuché que está buscando a alguien con quien entrenar en sus días libres. Alguien con experiencia... y paciencia.

Kakashi cerró su libro con un suspiro.

—¿Y tú crees que debería ser yo?

—¿Por qué no? —Genma sonrió de manera pícara—. Podrías enseñarle algunos trucos nuevos, y quién sabe, tal vez aprendas algo tú también.

Kakashi no pudo evitar reírse.

—Lo pensaré.

Al día siguiente, Genma se aseguró de que Sakura estuviera en el campo de entrenamiento al mismo tiempo que Kakashi. Cuando Sakura llegó, vio a Kakashi practicando sus movimientos con elegancia y precisión.

—Kakashi-sensei —llamó ella, acercándose con una sonrisa—. ¿Te importa si me uno?

Kakashi asintió.

—Claro, Sakura. Siempre es bueno tener una compañera de entrenamiento.

Comenzaron con ejercicios básicos, pero poco a poco, Kakashi aumentó la dificultad, desafiando a Sakura en cada paso. La tarde pasó rápidamente, y ambos estaban sudados y sonrientes al final del entrenamiento.

—Gracias por entrenar conmigo, Kakashi-sensei —dijo Sakura mientras se sentaban bajo un árbol para descansar.

—El placer es mío, Sakura. Eres una oponente formidable —respondió Kakashi, sin poder evitar admirar la determinación en sus ojos.

Durante las siguientes semanas, los entrenamientos entre Kakashi y Sakura se convirtieron en algo habitual. Entre cada sesión, las conversaciones se hicieron más profundas y personales. Kakashi se encontraba esperando esos momentos con una anticipación que no había sentido en mucho tiempo.

Un día, después de un entrenamiento particularmente agotador, Sakura se detuvo para observar el atardecer.

—Es hermoso, ¿no? —dijo, sus ojos brillando con la luz del sol poniente.

Kakashi, de pie junto a ella, asintió.

—Sí, lo es.

Sakura se volvió hacia él, su expresión seria.

—Kakashi-sensei, hay algo que quiero decirte.

Kakashi sintió un ligero nudo en el estómago.

—¿Qué es, Sakura?

Ella respiró hondo.

—Estos entrenamientos... han significado mucho para mí. No solo por lo que he aprendido, sino por lo que he llegado a conocer de ti. Te aprecio mucho, Kakashi-sensei. Más de lo que imaginaba.

Kakashi sintió que su corazón latía más rápido.

—Sakura... yo también te aprecio. Más de lo que pensaba posible.

En ese momento, ambos se dieron cuenta de lo que siempre había estado allí, justo bajo la superficie. Lentamente, Kakashi se inclinó hacia ella, y Sakura cerró los ojos mientras sus labios se encontraban en un beso suave y lleno de promesas.

Desde una distancia prudente, Genma observaba con una sonrisa de satisfacción.

—Misión cumplida —murmuró para sí mismo, dándose la vuelta para dejarlos en su momento de felicidad.

Kakasaku One Shots IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora