Una Noche para Nosotros

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El hospital de Konoha estaba en plena actividad. Médicos y enfermeras se movían de un lado a otro, atendiendo a pacientes y lidiando con emergencias. En medio de todo este caos, Sakura Haruno trabajaba incansablemente, su rostro mostrando signos de cansancio y estrés. Había estado allí por muchas horas, casi sin descanso, asegurándose de que todos recibieran la atención que necesitaban.

La puerta de su oficina se abrió suavemente y una figura familiar entró en silencio. Kakashi, con su característica máscara y su cabello plateado despeinado, observó a Sakura desde el umbral. Ella estaba absorta en unos informes, su ceño fruncido y sus manos temblando ligeramente por el agotamiento.

—Sakura —dijo Kakashi, su voz suave pero firme.

Sakura levantó la vista, sorprendida al ver a Kakashi allí.

—Kakashi, ¿qué haces aquí? —preguntó, intentando sonreír pero fallando en ocultar su cansancio.

—Vine a verte —respondió él, acercándose—. Necesitas un descanso, Sakura. Has estado aquí demasiado tiempo.

—No puedo —dijo ella, negando con la cabeza—. Hay demasiadas cosas que hacer, pacientes que atender...

Kakashi la interrumpió, colocándose detrás de ella y comenzando a masajear suavemente sus hombros. Sakura dejó escapar un suspiro de alivio, sintiendo cómo la tensión comenzaba a desvanecerse bajo sus hábiles manos.

—Lo que necesitas es una pausa —murmuró Kakashi, inclinándose para susurrar en su oído—. Y tengo una propuesta muy tentadora para ti.

Sakura cerró los ojos, dejándose llevar por el confort de su toque.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó, su voz apenas un susurro.

—Quiero que dejes todo por hoy y te vengas a casa conmigo —dijo Kakashi, su voz baja y seductora—. Te prometo una noche inolvidable, solo tú y yo, sin preocupaciones.

Sakura sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la promesa en sus palabras. Abrió los ojos y miró a Kakashi, viendo la determinación y el deseo en sus ojos.

—Pero los pacientes... —intentó protestar, aunque su resolución comenzaba a flaquear.

—Tus colegas pueden encargarse por una noche —dijo Kakashi, acercándose más y rozando sus labios contra su cuello—. Te mereces esto, Sakura. Te mereces un poco de felicidad y descanso.

Sakura se rindió ante sus palabras y sus caricias, sintiendo cómo la necesidad de estar con él se apoderaba de ella. Asintió lentamente, su respiración acelerándose.

—Está bien —dijo finalmente, su voz temblando ligeramente—. Iré contigo.

Kakashi sonrió, su expresión llenándose de satisfacción y amor.

—No te arrepentirás —prometió, ayudándola a levantarse y a recoger sus cosas.

Dejaron el hospital juntos, bajo la mirada sorprendida de algunos colegas, y se dirigieron a casa. Kakashi, fiel a su palabra, se aseguró de que la noche fuera inolvidable. Entre caricias y susurros, ambos se perdieron en la pasión, dejando atrás el estrés y las preocupaciones, al menos por unas horas.

Kakasaku One Shots IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora