La batalla contra Pain había dejado Konoha en ruinas, y los ninjas de la aldea luchaban desesperadamente por salvar lo que quedaba. Sakura Haruno corría entre los escombros, atendiendo a los heridos y buscando a sus compañeros. Su corazón latía con fuerza y su mente estaba enfocada en una sola cosa: encontrar a Kakashi.
Las noticias se habían esparcido rápidamente: Kakashi Hatake había caído en combate. Al escuchar esto, Sakura sintió como si el suelo se desvaneciera bajo sus pies. No podía aceptar que su sensei, el hombre que admiraba y al que secretamente amaba, estuviera muerto.
Corrió hacia el lugar donde le habían dicho que lo encontraría, sus pasos eran rápidos y llenos de desesperación. Al llegar, vio el cuerpo de Kakashi tendido en el suelo, inmóvil. Su máscara estaba intacta, pero su rostro mostraba una paz inquietante, una calma que no pertenecía a un hombre vivo.
—¡Kakashi-sensei! —gritó, arrodillándose a su lado y tomando su mano fría entre las suyas—. No, no puedes estar muerto. No puedes...
Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mientras intentaba usar su chakra curativo, pero sabía que era inútil. El cuerpo de Kakashi ya no respondía, su corazón había dejado de latir. La realidad la golpeó con fuerza, y el dolor de la pérdida se apoderó de ella.
—Te necesito, Kakashi —susurró, su voz quebrada por el llanto—. No puedes dejarme. No así...
En medio de su desesperación, Sakura recordó las enseñanzas de Tsunade y se concentró en enviar todo su chakra curativo a Kakashi. Sabía que era un esfuerzo desesperado, pero no podía rendirse. No podía aceptar que él se hubiera ido.
Entonces, algo milagroso sucedió. Un destello de luz envolvió el cuerpo de Kakashi, y su pecho se levantó ligeramente. Sakura, sorprendida, siguió canalizando su chakra, rogando que funcionara.
Los segundos parecieron eternos, pero finalmente, Kakashi abrió los ojos. Sus respiraciones eran débiles, pero estaba vivo. Sakura dejó escapar un sollozo de alivio y lo abrazó con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo regresar.
—Sakura... —murmuró Kakashi, su voz ronca y débil—. ¿Qué... pasó?
Ella lo miró, con lágrimas de alegría en sus ojos.
—Estabas muerto, Kakashi-sensei. Pero volviste. Estás aquí, conmigo.
Kakashi intentó procesar lo que había sucedido, pero todo lo que importaba en ese momento era la presencia de Sakura, su calidez y su amor evidente en sus ojos.
—Pensé que te había perdido —dijo Sakura, acariciando su rostro con ternura—. No sabes cuánto te amo, Kakashi. No podía dejarte ir.
Kakashi la miró, sorprendido por su confesión, pero al mismo tiempo, sintiendo que una pesada carga se levantaba de su corazón. Había mantenido sus sentimientos ocultos durante tanto tiempo, pero ahora, al borde de la muerte y de regreso, no había más barreras.
—Yo también te amo, Sakura —respondió, tomando su mano entre las suyas—. Siempre lo he hecho. Lo siento por no habértelo dicho antes.
Sakura sonrió a través de sus lágrimas, inclinándose para besar suavemente sus labios. Fue un beso lleno de promesas y de esperanza, un renacer en medio de la destrucción.
—No importa, Kakashi —dijo ella suavemente—. Estamos juntos ahora. Eso es lo único que importa.
Mientras el caos continuaba a su alrededor, Kakashi y Sakura se aferraron el uno al otro, encontrando consuelo y fuerza en su amor recién revelado. En medio de la guerra, habían encontrado una razón para luchar y sobrevivir, una razón para seguir adelante.
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Kakasaku One Shots IA
Fiksi PenggemarEsto es un compilado de One Shots Kakasaku creados por la inteligencia artificial.