El crepúsculo bañaba la aldea de Konoha con tonos cálidos mientras Sakura Haruno caminaba lentamente hacia el apartamento que compartía con Kakashi. Había sido una jornada extenuante de 36 horas en el hospital, llena de emergencias y pacientes que necesitaban atención inmediata. Cada paso se sentía pesado, sus músculos protestaban y sus párpados luchaban por mantenerse abiertos.
Al llegar a la puerta, apenas tuvo fuerzas para girar la llave. Al entrar, fue recibida por una suave luz y el familiar aroma de su hogar. Kakashi, al escuchar la puerta, se levantó del sofá, dejando su libro a un lado.
—Sakura, bien, ya estás en casa —dijo con una sonrisa bajo su máscara—. ¿Cómo te fue hoy?
—Extenuante... —murmuró ella, dejándose caer en el sofá sin siquiera quitarse los zapatos—. No pensé que el hospital podría estar más lleno.
Kakashi se arrodilló frente a ella, quitándole suavemente los zapatos y masajeando sus pies adoloridos. Sakura cerró los ojos, dejándose llevar por el alivio que proporcionaban sus manos expertas.
—Te ves agotada —observó Kakashi, con ternura en su voz—. ¿Qué te parece si te doy un masaje? Te vendrá bien relajarte un poco.
—Eso sería maravilloso —respondió Sakura, sonriendo débilmente—. Gracias, Kakashi.
Kakashi la ayudó a levantarse y la guió hasta la cama. Sakura se recostó boca abajo, suspirando de alivio al sentir la suavidad de las sábanas. Kakashi se sentó a su lado, sus manos comenzando a trabajar en sus hombros tensos.
—Relájate —susurró Kakashi, sus dedos deshaciendo nudos de tensión en los músculos de Sakura—. Déjame cuidar de ti por un rato.
Sakura dejó escapar un gemido de placer mientras el estrés y el cansancio parecían desvanecerse bajo el toque de Kakashi. Sus manos se movían con firmeza y delicadeza, presionando y liberando la tensión acumulada. Cada movimiento era un recordatorio de cuánto se preocupaba por ella.
—Eres increíble, Kakashi —murmuró Sakura, sintiendo cómo sus ojos se cerraban lentamente—. No sé qué haría sin ti.
—Yo tampoco sé qué haría sin ti —respondió Kakashi, inclinándose para besar suavemente su nuca—. Ahora descansa, mi amor. Mañana será un día mejor.
Sakura se quedó dormida con una sonrisa en los labios, sintiéndose amada y cuidada. Kakashi continuó con el masaje hasta asegurarse de que cada músculo estuviera relajado. Luego, se recostó a su lado, abrazándola con cuidado.
En el silencio de la noche, el agotamiento de Sakura se desvanecía, reemplazado por el cálido y constante amor de Kakashi. Juntos, encontraban consuelo y fuerza en los momentos más simples, sabiendo que, sin importar cuán difíciles fueran sus días, siempre tendrían uno al otro.
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Kakasaku One Shots IA
FanfictionEsto es un compilado de One Shots Kakasaku creados por la inteligencia artificial.