Una Distracción Bienvenida

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El hospital de Konoha estaba particularmente bullicioso ese día, con ninjas entrando y saliendo, y el sonido constante de pacientes y médicos ocupados. Sakura Haruno, la mejor ninja médica de la aldea, se encontraba en su oficina, rodeada de montones de papeles y archivos. La carga de trabajo era abrumadora, pero ella lo manejaba con su habitual eficiencia y dedicación.

Justo cuando estaba revisando un informe particularmente complicado, la puerta se abrió suavemente. Levantó la vista para ver a Kakashi Hatake, su pareja, entrando con su característica calma y una sonrisa que se reflejaba en sus ojos.

—Hola, Sakura —dijo, acercándose a su escritorio.

—Kakashi, ¿qué haces aquí? —preguntó ella, sorprendida pero feliz de verlo—. Estoy hasta el cuello de trabajo.

—Precisamente por eso estoy aquí —respondió él, sentándose en el borde de su escritorio—. Has estado trabajando sin descanso y pensé que podrías necesitar una distracción.

Sakura suspiró, dejando caer los hombros.

—Lo sé, pero hay tanto por hacer. No puedo simplemente dejarlo todo.

Kakashi sonrió y se inclinó hacia ella, susurrándole al oído.

—Solo por un rato. Prometo que valdrá la pena.

Sakura levantó una ceja, intrigada por la propuesta. Sabía que Kakashi podía ser muy persuasivo cuando se lo proponía. Finalmente, decidió que un pequeño descanso no le haría daño.

—Está bien, ¿qué tienes en mente? —preguntó, levantándose de su silla.

Kakashi tomó su mano y la guió fuera del hospital. Caminaban por las calles de Konoha, disfrutando del aire fresco y la luz del sol. Kakashi la llevó a un claro escondido en el bosque, un lugar tranquilo y apartado que conocía desde su infancia. Había preparado un pequeño picnic con sus platos favoritos.

—¿Un picnic? —dijo Sakura, sorprendida—. No sabía que tenías este lado romántico, Kakashi.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí —respondió él con una sonrisa traviesa—. Ahora, siéntate y relájate.

Sakura se sentó sobre la manta extendida en el suelo, mirando el esfuerzo que Kakashi había puesto en preparar todo. Sentía una calidez en su corazón al ver cuánto se preocupaba por ella. Mientras comían, conversaban sobre cosas triviales, disfrutando de la compañía mutua sin las presiones del trabajo.

Después de la comida, Kakashi sacó un pequeño libro de su bolsa.

—¿Te importa si leo un poco para ti? —preguntó.

—No son tus libros pervertidos, ¿verdad?

—Te prometo que no.

Sakura sonrió y se recostó sobre la manta.

—Me encantaría.

Kakashi comenzó a leer, su voz suave y melódica llenando el claro. Sakura cerró los ojos, dejándose llevar por las palabras y la tranquilidad del momento. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía completamente relajada.

Cuando Kakashi terminó de leer, se recostó a su lado, tomando su mano.

—Gracias, Kakashi. Realmente necesitaba esto —dijo ella, mirando el cielo azul a través de las ramas de los árboles.

—Siempre estaré aquí para ti, Sakura. A veces, necesitas un recordatorio de que también mereces tiempo para ti misma —respondió él, apretando suavemente su mano.

Se quedaron allí, en silencio, disfrutando de la compañía del otro. En ese pequeño claro, lejos del bullicio y las responsabilidades, encontraron un momento de paz y amor. Sakura sabía que, sin importar cuán agitado fuera su trabajo, siempre tendría a Kakashi a su lado, dispuesto a distraerla con su amor y cuidado.

Kakasaku One Shots IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora