NÍA
Esta mañana, mientras desayunábamos y preparábamos las cosas para dar por finalizado el fin de semana, teníamos la esperanza de que la lluvia y las tormentas menguaran a lo largo del día.
Hemos comido, hemos visto una película después, y ahora estamos todos en el porche de la casa viendo como cada vez llueve con más fuerza. El cielo está más negro que anoche y esta mañana.
– Si salimos más tarde, se nos hará de noche – comenta Abby.
– No podemos meternos en la carretera con este tiempo – digo.
– En realidad, si vamos tranquilos...
– No – miro a Izan. Todos se callan ante mi tono – No vamos a salir así.
– Mañana es lunes, Nía, y algunos trabajamos... - me mira Logan.
– Quien quiera, puede coger el paraguas y echar a andar. Los coches no se van a mover de aquí hasta que el tiempo se haya calmado. ¿Me he explicado bien?
– ¿Y si eso no ocurre hasta dentro de horas? ¿O días? - susurra Evelyn.
Escucho algunas quejas y murmullos, pero no les presto atención. Tengo la vista fija en el temporal, aumentando el peso del nudo de mi garganta y estómago. No me disgustan los días de lluvia, pero no pienso permitir que ninguno de nosotros se ponga en peligro en la carretera pudiendo esperar.
Por experiencia propia sé que la mayoría de accidentes se producen por culpa de la velocidad y el tiempo, y ahora mismo, es un suicidio salir así. Llueve tan, tan, fuerte y rápido que ni los limpiaparabrisas podrían hacer bien su función.
– ¡Ya está bien! - la exclamación de Bruce manda a callar a todos y a mi me hace dar un respingo sobre mi propio sitio – No conseguimos nada debatiendo entre nosotros una decisión que por ahora está tomada. Vamos a esperar un rato más. Si el tiempo no cambia, buscaremos soluciones. De momento, será mejor que entremos y dejemos de pasar frío.
Veo de reojo como comienzan a entrar en la casa y se distribuyen en los sofás. Zhao y Duna, que se han mantenido al margen hasta ahora, se acercan a mi con cautela.
– Tranquila, Nía – me susurra Duna, cogiendo mis manos – Estamos a salvo.
– A nadie le va a pasar nada – intenta reconfortarme Zhao. Me limpia una lágrima traicionera que se me escapa y me da un beso en la frente – Te prometo
que vamos a hacer las cosas bien. ¿Te preparo un té?– Sí, por favor – asiento.
– ¿Por qué no llamas a tus padres para ver si nos pueden ayudar?
– Sí – saco el móvil de mi bolsillo – Voy a hablar con ellos.
Se mete dentro para dejarme privacidad y rápidamente marco el número de mi madre.
– ¡Nía! - saluda - ¿Cómo estáis?
– Bien, mamá – trago duro – Bueno, yo... no tan bien. Tengo miedo – sollozo.
– Ya, cariño, lo sé – la voz se le tiñe de pena – Iba a llamarte justo ahora para hablarte del tiempo. No podéis salir así. Es una locura, Nía. Además...
– Ya se lo he dicho a todos, mamá – la corto - pero hay gente que aún así...
– No importa lo que ellos quieran, cariño... Acabamos de ver las noticias...
– ¿Qué me quieres decir con eso? - me pongo más en tensión - ¿Ha pasado algo?
– La única carretera disponible ha sido cortada hace una hora – casi susurra – El río cercano se ha desbordado y está todo inundado. Están los trabajadores encargándose de todo, pero ha habido muchos daños y... nadie puede circular por ahí. Me temo que no la despejarán hasta dentro de unos días.
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LA ECUACIÓN DEL DESTINO (#1 SERIE DESTINO) (TERMINADA)
RomantikLIBRO 1 DE LA SERIE "DESTINO" ⚠️ Contenido +18 🔞 Melania Loasf es una chica marcada por su pasado. Ha vivido, deslealtades, traiciones y abandonos que le han hecho convertirse en una mujer distante, fría y desconfiada. Vive su vida sin ganas, sin i...