🌈 CAPÍTULO 25 🌈

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NÍA

Me hago la dormida cuando alguno de mis padres toca a la puerta de mi habitación. Me remuevo inquieta cuando me doy cuenta de que están los dos por los susurros que escucho y vuelven a insistir en entrar. Al tercer y fuerte toque, alzo la voz.

– ¡Me encuentro mal, luego bajaré a cenar!

– O bajas ya o entraremos nosotros, Nía.

– ¡Es verdad...

Dejo de hacer el intento de detenerlos cuando la puerta se abre revelando a mis padres con cara enfadada. Mi madre va directamente a subir la persiana hasta arriba mientras que mi padre me quita las sábanas de encima, me coge de la muñeca y me obliga a incorporarme.

Los miro con el ceño fruncido, tanto por los impertinentes rayos de sol que me deslumbran y por la confusión de su comportamiento. Algo me dice que ya se que les pasa, pero prefiero pasarlo por alto y confiar en que sea otra cosa.

– ¿A qué viene todo esto?

– No. La pregunta es a qué viene tu comportamiento, Nía – mi madre coge la silla de mi escritorio y la planta frente a la cama, donde mi padre se ha sentado a mi lado - ¿A qué viene tantas mentiras? ¿Nos ves cara de tontos, acaso?

– No sé de que me estás hablando – me encojo de hombros, disimulando.

– Llevas cuatro días faltando a la Universidad porque según tú llegaste enferma del viaje y aún no te has recuperado.

– Y es la verdad – miento de nuevo – Me sigue doliendo la garganta...

– Los padres de Bruce acaban de hablar con nosotros – me corta mi padre. Su voz destila tanta seriedad que me mantengo callada – Y nos han comentado que su hijo está expulsado de la Facultad. Un compañero vuestro también. Y... por supuesto, tú.

Los miro alternativamente, quedándome en silencio. Mi mente intenta buscar una buena excusa que me libre de esta, pero la presión de sus miradas fijas sobre mi me deja en blanco tanto tiempo que termino bajando mis hombros, derrotada.

– Sí, es cierto – afirmo – Me han expulsado hasta la vuelta de vacaciones.

– ¿Y creías que nos lo ibas a ocultar quedándote en cama tantos días? - masculla mi madre – Todavía queda una semana para las vacaciones.

– No quería contaros la verdad – admito.

– Al menos nos dirás el porqué – mi padre se cruza de brazos.

– Me salté una norma importante en uno de los juegos...

Mi padre suelta una carcajada y mi madre me interrumpe con una palmada fuerte. Pego un respingo sobre mi sitio y la miro con cara de pocos amigos.

– Sigues mintiendo. Ya sabemos la verdad, ¿sabes?

– ¿Entonces para qué preguntáis? - siseo, desconfiada.

– Para ver si te dignabas a ser sincera por una vez, pero vemos que no – mi padre vuelve a adoptar esa pose de serio y frío – Sabemos lo que le hiciste a tu compañera Karen. Hemos hablado con tus profesores para saber el motivo de tu expulsión. ¿Lo ves normal? - traga duro - ¿Cuándo has sido así de violenta?

– Se me fue de las manos – digo, con la mandíbula apretada – Eso es todo.

– Tiene la cabeza magullada y raspones por todo el cuerpo de haber sido arrastrada – dice mi madre de forma cortante. Trago duro y bajo la mirada. Me siento mal porque se hayan enterado, pero para nada por mi supuesta compañera - ¿A eso te dedicas desde que ha vuelto Bruce? ¿Esa es la nueva compañía que os estáis ofreciendo mutuamente?

LA ECUACIÓN DEL DESTINO (#1 SERIE DESTINO) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora