🌈 CAPÍTULO 31 🌈

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ÚLTIMO CAPÍTULO ❤️‍🩹

Se acaba este libro, pero... ¿sabéis que es lo mejor? Que cuando finaliza una historia, significa que otra da comienzo.

Tic tac ⏳⌛️⏳⌛️

Espero que Bruce y Melania os hayan llegado al corazón tanto como lo han hecho conmigo.

El próximo día subiré el EPÍLOGO.

Una vez más, gracias por llegar hasta aquí.
Disfruten mucho ❤️

NÍA

Dos meses aún no me parecen suficientes para acostumbrarme a mi nueva vida. Estaba acostumbrada a la tranquilidad de mi urbanización y se me hace difícil el ruido mundano de las calles de Nueva York, más concretamente de Manhattan.

En Shere caminaba en silencio y aquí lo hago escuchando voces y el claxon de miles de coches. Antes tenía a mis amigos y mi familia, y aquí no he sido capaz de socializar aún con nadie. Tampoco tengo compañero de piso, por lo que eso no me ayuda a abrir mi círculo.

Llevo una semana en la Universidad de Columbia, pero nadie se ha acercado a mi todavía igual que lo hicieron Abby, Evelyn e Izan en su momento.

Nadie me llama chica de hielo, y mucho menos, Zanahoria.

Nadie se ha fijado en mi, y por una parte me gusta. Por otra parte... he de reconocer que echo de menos todo lo que dejé atrás. Sin embargo, creo que es necesario. Casi se pierde una vida por mi culpa de nuevo, y no estoy dispuesta a que eso pase. No quiero arrebatarle nada a nadie, y si para eso tengo que estar sola, lo estaré.

Además, vivir con el recuerdo tampoco es tan malo, ¿verdad? Mantengo mi cordura a raya recreando en mi cabeza todo mi pasado, pero sobretodo, todos los momentos que viví con él.

Bruce ha sido mi enemigo, mi amigo, mi apoyo, mi familia y mi novio. Bruce ha sido para mí todo lo que un día soñé que quería. He sido afortunada de poder haberlo vivido con él. Es lo que rescato de toda esta experiencia.

Jamás lo olvidaré como ha sido conmigo y como he sido yo con él. Nunca olvidaré la sensación de plenitud a su lado. Igual que nunca olvidaré que todo lo que alguna vez me pertenece, de una manera u otra, acaba lejos de mi. La vida se ha empeñado en qué esté sola, así que, ¿quién soy yo para contradecirla? Aprenderé a vivir sin él, igual que lo hice una vez.

El timbre de mi apartamento suena provocándome una oleada de inseguridad. Es de noche, aunque no muy tarde. No vivo en una zona problemática ni peligrosa, pero aún así, que alguien me visite a estas horas, teniendo en cuenta que no cuento con nadie, me parece sospechoso. Y me hace ponerme muy, muy nerviosa.

Pregunto quien es por el portero, pero parece que el recepcionista del apartamento ya ha decidido abrir por su cuenta. Trago en seco cuando unos segundos después aporrean la puerta del piso. Quienquiera que sea ha debido darse prisa en subir las escaleras hasta la segunda planta o... el ascensor ha decidido volar.

– ¿Quién es? - pregunto sin abrir la puerta todavía - ¡Voy armada!

– No me lo creo – suelta una carcajada que me deja de piedra - ¿Has aprovechado que en este país tienes el derecho a poseer armas?

Abro la puerta inmediatamente para quitarme toda la duda que me ha producido su voz. Pero no. No ha sido una imaginación.

Bruce Jones está en frente de mis narices, acompañado de una muleta y... una maleta. Enorme.

– Hola, Zanahoria. Podrías haberte ido a vivir un poco más cerca de Europa y no al culo del mundo – alucinada, veo como empuja la puerta con su muleta hasta abrirme del todo – Llevo unas cuantas horas recorriéndome esta dichosa ciudad con una maleta a cuestas y una pierna que no funciona bien aún. ¿Me dejas pasar? O si no te importa, sácame una silla para que pueda descansar.

LA ECUACIÓN DEL DESTINO (#1 SERIE DESTINO) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora