🌈 CAPÍTULO 9 🌈

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NÍA

Con mi pequeña maleta a cuestas, corro y corro hasta que noto los músculos de las piernas adormecidos. El tiempo no ha mejorado y aunque el autobús ha venido a por nosotros, lo ha hecho tarde.

He visto salir a Bruce de la urbanización en su coche, pero me he escondido detrás de un matorral para que no me viera y me obligara a ir con él. Creo que vamos a pasar demasiado tiempo juntos a partir de ahora como para verlo también en momentos que no es necesario y puedo evitarlo.

No hay nadie al rededor del autobús que nos han asignado para viajar y temo que vaya a salir sin esperarme un minuto más. Las puertas están cerradas y...

– ¡ESPERA! - grito cuando comienza a andar - ¡POR FAVOR!

Suelto un suspiro de alivio cuando se detiene y abre tanto la puerta como el maletero. Dejo mi maleta y una mochila grande junto a las demás y luego entro con la respiración acelerada. El conductor me mira con media sonrisa.

– Por poco te quedas en tierra.

– Gracias por parar – asiento.

Ubico de inmediato a mi grupo que está sentado cerca del final. Izan está sentado con Evelyn y Abby está sola, supongo que esperándome a mi.

Saludo en general con un susurro casi asfixiado y me desplomo sobre el asiento.

– Pensaba que chica de hielo nos iba a abandonar – me mira Izan desde la derecha.

– El autobús iba con retraso – explico – No he podido correr más.

– Como estás empeñada en no subirte en mi coche...

Me giro hacia el asiento de atrás y veo la cara de Bruce metida entre nuestros asientos. Lo miro con mala cara y pongo los ojos en blanco cuando veo que a su lado está sentada Karen, la chica rubia que ayer le propuso formar parte de su equipo.

– Hoy no nos hemos cruzado siquiera – le digo.

– Tú no te has cruzado conmigo. Yo sí que te he visto en una situación un poco... - baja la voz, con una sonrisa canalla – Vergonzosa.

– No sé de que hablas – me encojo de hombros.

– Alomejor se te había caído algo detrás del arbusto. Todo puede ser.

– ¿Perdona? - mi corazón se salta un latido – No sé...

– Te he visto agazapada en la hierba como un cervatillo asustadizo.

Me giro inmediatamente hacia delante con las mejillas a punto de explotar. Su risa retumba en mi oído como una preciosa melodía, pero ahora mismo no siento más que vergüenza y rabia por haberme dejado ver en esa situación.

– Dime que no es verdad – Abby suelta una risa a mi lado.

– ¡Pues claro que no!

– Se te ve el plumero, chica de hielo – se ríe Izan.

– Yo hubiese hecho lo mismo – me susurra Evelyn desde su asiento – No te preocupes. A veces es cuestión de prioridades y supervivencia.

– No la pongas en mi contra, Evelyn – le masculla Bruce.

– No me hace falta la opinión de nadie para tenerte en mi contra, Jones – le respondo asqueada. La rubia a su lado se ríe disimuladamente y la fulmino con la mirada antes de dirigirme hacia ella - ¿Te ríes de algo, Karen?

– De ti – asiente. Aprieto la mandíbula llena de rabia – Eres... graciosa.

– Pues no he contado ningún chiste para hacerte reír. Y para tu información, nadie te ha dado vela en este entierro. ¿Dónde te has dejado a tus súbditos? No pintas nada aquí.

LA ECUACIÓN DEL DESTINO (#1 SERIE DESTINO) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora