No sé lo que haces, es increíble.
alguien tan peligroso, contaminando y defectuoso como tú.
uno por el dinero.
dos por el espectáculo
un hombre del millón de dólar.
Las cosas a veces suelen ser inevitables y a Cody le constaba en ese momento, no pensó que de un día a otro, su padre se pondría mal de salud a tal grado de perder la vida en cuestión de minutos. Veía como su padre era llorado por su familia, por sus amistades, el incluso lloraba pero en ese momento sentía como si ya no pudiera hacerlo más.
Su novia claro que estuvo con el en todo momento al igual que sus amigos más cercanos, Randy era quien más afectado se veía ya que siempre vió a la leyenda como el verdadero ejemplo de como dejar huella en la empresa. Incluso estando ahí en la última vez que estaría cerca del cuerpo de Dusty, prometió que siempre le tendería la mano a su hijo cuando fuera necesario.
Había sido una misa emotiva en donde a todos se le salían las lágrimas, las palabras de sus grandes amigos, de sus hijos, eso era lo que más había tocado el corazón de los que estaban acompañando a la familia Rhodes.
Más tarde Brie se encontraba conduciendo en silencio, con Cody a su lado, quien casi iba durmiendose en el asiento. No lo culpaba, habían sido días enteros en los que estaba en vela cuidando de su padre para su mejoría, pero sólo pudo ver cómo nada funcionaba y el cada vez más empeoraba. Así que verlo al menos sentirse con algo de paz para cerrar un poco los ojos, le hacía saber que el mejoraría su estado de ánimo o eso quería creer.
Llegaron a casa de la familia Rhodes, en donde el silencio reinaba a pesar de que la mayoría se encontraba ahí. La madre de Cody se disculpó diciendo que estaría en su habitación, mientras Cody se tumbaba en el sofá poniendo su cabeza en las piernas de Brie, quien rápidamente dejaba suaves caricias en su corto cabello.
— Hay que ir viendo los vuelos hacia Florida, empacar y todo eso — murmuro el.
— Cody, sabes que tienes permiso por tiempo indefinido — hablo ella en voz suave. — No creo que sea buena idea que precipites tu regreso.
— Si me quedo encerrado no creo mejorar, necesito concentrarme aunque sea en trabajar.
Brie solo asintió, en parte el tenía razón, pero ella aún así pensaba que Cody debía tomarse más días.
Ella vió como su novio se relajaba con las caricias que le daba, hasta que en cuestión de un par de minutos o quizá más, el se quedó dormido. Realmente observó a Cody, lo veía tan indefenso ahora que su héroe había partido. Sabía que no sería nada fácil que Cody atravesara cada problema sin el consejo de su padre, por qué siempre era a el quien llamaba cuando sentía que se ahogaba. Los problemas llegaban siempre y en el trabajo mucho más, pero ella apenas iba a darse cuenta de que Cody no era realmente tan feliz como ella creía que era.
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Tal y como dijo Cody, planeó su regreso demasiado rápido. Todos se sorprendieron de verlo llegar y unirse con los demás al trabajo, pero también entendieron que el quería mantener su cabeza ocupada. Rhodes agradeció que no tocaran el tema de su padre, no quería sentir más lastima de la gente. A pesar de que su novia le había dicho muchas veces que no era lastima si no empatía, el no lo tomaba de esa manera, de hecho se habían disgustado un poco por esa conversación.
Cody estaba en su camerino a punto de dejar de lado sus problemas, su pérdida y su nombre incluso. Estaba por ponerse el traje característico en color rojo de stardust y honestamente, sentía que solo lo hacía por su padre. Se permitió sentarse un momento para observar el traje y recordar que después de que su padre falleció, le entregaron sus pertenencias, entre ellas el teléfono que el usaba. Al encenderlo se dió cuenta de que su fondo de pantalla era una foto suya con el traje que de hecho, tenía frente a el.
Por esa razón es que el se dijo a si mismo que debía seguir adelante con los planes que WWE tuviera para el, por qué su padre ya estaba feliz de ver que el seguía insistiendo a pesar de todo y que ahora debía seguir persistiendo sin quitar el dedo del renglón.
En otro lado de ese mismo lugar, en la cafetería de la empresa, Brie se encontraba conversando con su hermana Nikki, Natalya y Lana. Las tres luchadoras hablaban sobre el tema de Cody y como ahora tenía la paciencia mucho más corta, lo cual entendían dada las circunstancias.
— Saben, me da miedo que el tome decisiones equivocadas muy pronto — Hablo Brie. — Conozco a Cody, es bastante impulsivo, puede que haga alguna tonteria en este momento.
— ¿Como esa? — Nikki señalo al televisor que estaba frente a ellas en la cafetería.
Brie posó su vista en el, en donde Cody se encontraba batallando contra R-Truth en una lucha bastante dinámica debía admitir, pero en donde su novio no se veía muy concentrado.
Las chicas siguieron viendo la lucha hasta que al final, Cody ganó por que R-Truth salió corriendo, ya que este lanzo arañas de plástico al ring sabiendo la fobia que su oponente tenía.
— Si, eso es una tontería que le hicieron hacer y que seguramente, le hizo enojar. — Brie suspiro
No se equivocaba, pues al Rhodes llegar a vestidores se sentía bastante molesto de que esa hubiera sido su lucha de regreso. Se sentía molesto por que antes de salir a batalla dijo que aceptaba cualquier plan, pero el plan de quedar como un ridículo payaso delante del mundo no lo quería.
El sabia que podía dar más, por eso es que se desmquilló la cara y fue en busca de algún productor. Buscó hasta que encontró a uno sentado frente al ordenador, Cody hablo buscando la atención del trabajador pero este le dijo que estaba ocupado y que se fuera. Tal vez el lo habría entendido, de no ser por que le puso la cara en la mano y después vió como solo estaba jugando un juego en horas de trabajo.
Rhodes sintió que era todo, que no podía más y que de hecho, no lo haría. Desde ese momento el se prometió que haría valer sus derechos o decidía buscar un mejor camino, estaba pensando solo en el y no en las personas que lo rodeaban dándole su amistad o en otro caso, la chica que era su novia y le daba todo su amor y su tiempo.
Las cosas se le estaban saliendo de control y ya no sabía cómo volver a retomar tal cosa, así que el solamente se estaba dejando llevar como una hoja seca por el viento.
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