Capitulo 31

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Alistar Hardam se acerca a mí. A pesar de que estamos rodeados de gente y ruido, yo solo puedo verlo y escucharlo a él. Estoy completamente a su merced en el suelo, herido. Sus manos se ponen en mi cuello y aprieta, dejándome sin aliento. Puedo ver la sonrisa arrogante del padre Hillwood justo detrás de él.

Hasta que abro los ojos y me encuentro con los de su primogénita.

Pongo mis manos en sus muñecas en el momento en el que un puñal se dirige a mi corazón. Aprieto la mandíbula mientras miro la punta de la hoja afilada y gruño por la fuerza que ella está poniendo en matarme.

Su cara, llena de rabia, alumbrada por el escaso fuego que se consume en la chimenea.

— Sophie —gruño.

Aprieto sus muñecas con más fuerza y la lanzo fuera de la cama. Me destapo a toda prisa y me levanto, al igual que ella, que no parece haberle hecho nada la caída.

Sus ojos oscuros me miran con rabia, no es la Sophie que estaba durmiendo hace poco a mi lado. Corre hacia mí, dispuesta a atacarme y la golpeo, tirándola al suelo.

Me tiro encima de ella y la inmovilizo con mi cuerpo. Sus uñas arañan mi pecho y mi rostro mientras intento parar sus manos. Voy a su cuello y lo aprieto con fuerza.

— ¡Sal de ella! —Le grito— ¡Dejala tranquila! —Sus manos se ponen sobre mis muñecas y sonríe. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando veo el rostro de Slene.

— Ya no puedes pararme —dice—. Tengo lo que quieres.

Aprieto mi mandíbula y su cuello. ¿Tiene lo que quiero? ¿Qué tiene? ¿La piedra? Eso es imposible.

— ¡Darren! ¡Darren!

Las manos de mi amigo me empujan y veo como Sophie se arrastra con las manos puestas en su cuello, cogiendo aire.

— ¡Quería matarme! —Solloza.

Frunzo el ceño y veo como mi amigo la ayuda a levantarse y la sujeta debido a sus piernas temblorosas.

Observo sus lágrimas rodar por sus mejillas y parpadeo un par de veces con el corazón tronando en mis oídos.

Sus llantos inundan la habitación mientras me quedo allí, de rodillas viendo cómo Elías se la lleva.

— Es el puñal de Heath — Demon se acerca por mi derecha y miro lo que tiene en su mano.

— Ha intentado apuñalarme —digo—. ¿Hay novedades de Slene?

— La parte oeste del bosque torcido ya es oscuridad.

— ¿Conoces a alguna bruja que maneje la magia oscura, Demon? Necesitamos a una que quiera ayudarnos urgentemente.

El ángel asiente. — Quizás pueda contactar con alguien. ¿Estás bien?

— Estoy bien. He visto a la bruja en ella. No sé si me estoy volviendo loco o eso es realmente posible.

— No entiendo de magia, pero he visto demasiadas cosas como para no creer que es posible.

— ¿Se sabe algo de Balderick?

— Sí.

— ¿Y bien?

— Acaba de llegar una carta de Luke diciendo que Slene se ha reunido con Balderick en Prinnecia. Íbamos a despertarte cuando hemos escuchado golpes.

Pongo los dedos en el puente de mi nariz y suspiro.

— Debemos volver mañana —miro el puñal y tiendo mi mano para que me lo de.

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